viernes, 25 de febrero de 2011

A LA MIERDA!



A la mierda con los discursos casposos, con las palabras descatalogadas y los mensajes sin fondo. A la mierda  la falsa anarquía que no es más que pereza y falta de compromiso con lo que nos rodea. A la mierda los clichés, que son como esos chicles adheridos a los bajos del pupitre donde nos enseñaron a regañadientes, pétreos y aniquiladores. A la mierda con el qué dirán, cómo lo dirán y cuándo lo dirán. A la mierda con cada una de las razones esgrimidas por quienes no tienen nada que perder en los conflictos humanos. A la mierda con las funerarias, los w.c's de pago, las páginas de contactos y los seguros de vida (que nunca nos preparan para la muerte) A la mierda con lo vacuo de esta sociedad nuestra, en la que se premia la ordinariez y ofende el tesón, la constancia. A la mierda las intolerancias cotidianas, los nazis en cualquiera de sus manifestaciones, los frívolos vive-rentas y los monarcas que nos relacionan públicamente con "el exterior". A la mierda los cazatalentos sin talento ni sensibilidad, los mediocres roba-ideas y los que no tocan el suelo ni queriendo. A la mierda los que teorizan sobre Dios para que siempre haya algún sometido, los que repudian la salud por la defensa de ideales caducos, los que reniegan de la diferencia en nombre de Dios (¿Existe una incoherencia mayor?) A la mierda la religión no elegida, el bautismo previo a los 18 y el carnet de conducir a kamikazes pastilleros cuyo objetivo vital es batir algún record estúpido en una autovía de Pontevedra. A la mierda el turismo globalizado y todas las calles principales de las ciudades del mundo esculpidas con exactitud. A la mierda con las sonrisas cínicas aprehendidas por todos los peperos, que están sacadas de un mismo patrón. A la mierda los programadores de mediocridad y bazofia, en defecto de una televisión seria y profunda. A la mierda con tanto divo suelto. A la mierda con todo aquello que nos esclaviza en vida... Uff, acabo de ser consciente de dos cosas... Uno: que la lista sería interminable. Dos: Que es una terapia buenísima. ¡A sacar toda la mierda!

jueves, 17 de febrero de 2011

VENEZUELA



Hay algo en sus calles que respiraría sosiego y música si no fuera por las miradas oscuras y los temores adheridos al subconsciente. Quise entender la mentira mediática y encontré el dolor y la represión de un país sometido, acobardado. Venezuela es un torrente de todo aquello exótico y bañado en riqueza que debiera enaltecer a su pueblo y a su cultura. Pero como en toda República bananera que se precie, existe una norma harto aceptada por sus gentes que dice que "Si vives atemorizado" te nacionalizas y te vuelves ciego o acabas huyendo porque no soportas tanta vulneración. Y así resulta casi siempre. La venda en los ojos, y la altivez de los que creen que una sola voz es suficientemente representativa para acallar los anhelos de quienes cambiarían las cosas, encumbra al tirano con piel de cordero. En consecuencia se condena a un pueblo que grita en silencio lo que debiera bramar  y que sale despavorido con el rabo entre las piernas. Venezuela, o el poder de la incultura, gente sin recursos, sin formación, militarizando los edificios públicos, las calles, los aeropuertos. Vergonzoso. Niños con metralletas y la sonrisa pícara dispuesta a acobardar al turista despistado que no entiende nada, que intenta comprender la razón de tanto rencor. El Dictador, autoproclamado Mesías, vestido de señor o de payaso (dependiendo de la ocasión) decidió aislar a su gente para que crean firmemente en la palabra del pastor, olvidando que hay vida tras las fronteras. ¿Socialismo? ¡Ja! Siento miedo. Pero el caso de Egipto me inspira confianza en la sublevación desde la palabra, desde la acción global. Venezuela merece una vida cálida como su gente. Sin sus cifras deprimentes (70 muertos en dos días por homicidio, en la morgue de Bello Monte. Caracas.) y sin el síndrome de la boca pequeña. Sin censurar las ideologías ajenas a Esteban (Este bandido), ni las formas abiertas de pensamiento que en nada vulneran a un país. Sin ser patriótico agradezco cada día poder expresar lo que pienso y siento sin temor a un secuestro express. Pero no hay día que no piense que envidio el humor y la prudencia con la que vive Venezuela.

domingo, 13 de febrero de 2011

MRS ROTTENMEYER

    El caso más impactante de cuántos han ido llegando por nuestra redacción es, sin duda, el de la Señorita Rottenmeyer. Su enorme éxito como personaje de la serie Heidy se vio seriamente enturbiado por unas fotos encontradas en la cómoda de su alcoba, en las que aparecía la joven Clara posando desnuda.
    Todo salió a la luz cuando se estaba preparando el rodaje de una segunda temporada, de la aclamada serie televisiva, llamada: "Heidy, reina de los Alpes". Al parecer "la Rotten" mantenía estrechos contactos con la cadena dibu-porno "AYAKIKO" y con una revista manga de alto contenido erótico. A cambio de una buena suma de dinero, y de algún que otro favorcillo, la Rotten se convirtió en manager de la joven estrella. La malograda Clara pretendía así desvincularse por completo de la serie y protagonizar sus propias películas y todo habría salido a las mil maravillas si la envidiosa de Heidy, que ya se olía algo, no hubiese contratado a un detective para que siguiera de cerca a las dos únicos personajes capaces de ensombrecer su protagonismo. Una vez destapado aquel vergonzoso asunto, Clara fue eliminada del reparto y nunca más se volvió a saber de ella. En cuanto a nuestra singular amiga, fue procesada por salirse de sus papel de institutriz recta e impoluta, por introducir en el mundo manga a una menor y por perjudicar la irreprochable imagen de la serie. Como era de esperar le fue aplicada la pena máxima: ser figurante en una serie de dibujos Checa.
    Al día siguiente los titulares de los periódicos más prestigiosos hablaban de aquello:

-"Fui inducida por un incontrolable ataque de ambición".
-"Sólo Juana Spyri puede juzgar mi conducta".
-"No me arrepiento de ser como soy".

    Transcurridos tres meses, entre capítulo y capítulo de la serie Checa, fue pillada in fraganti traficando con unas fotos bastante comprometidas de Pichín, Blanquita, Diana y Niebla. Aquel lamentable e inexcusable suceso hizo que la productora desterrara, por y para siempre, a la Señorita Rottenmeyer del mundo del dibujo animado, pasando a formar parte de una tira de cómic en un periodicucho regional con distribución mensual.

    8 años después de la sentencia, se le cedió una columna en la sección de sucesos del periódico, por buena conducta, y todas aquellas vivencias le inspiraron para escribir su best- seller: "Watashiba Rottenmeyer".