lunes, 1 de agosto de 2011

CIRKUS





ANNITA: El espejo se rompió en ocho mil pedazos, desastre; la imagen devolvió una visión distorsionada del rostro, los elementos faciales entremezclados en una macedonia de rasgos poco armónica, como una retrospectiva de mi vida esparcida por el suelo de parquet. Algo se había roto para siempre. Una fracción de segundo fue suficiente para abrir las puertas infranqueables del imaginario, allá donde viven fantasmas y secretos indigestos, cuerpos amorfos y vagos recuerdos de una vida paralela. Se despertó el otro yo que no soy yo, pero que está en mí. Sentí el estremecimiento feroz de no reconocerme y supe, al mismo tiempo, que lo que más me asustaba era reconocerme detrás de la máscara de apariencia. Respiré para asimilar mi nueva identidad. Caí vencida. No hubo forma de volver a ser un espíritu domesticado. Tuve que resignarme a volar sobre acantilados salvajes, poblados de aves perfumadas de misterio, de música y madrugadas. Yo, buscando un lugar idóneo donde aterrizar. Resultó fácil creer en las posibilidades de aquella mirada inquieta, me convertí en predadora de sensaciones al límite, de esas que no se compran y nunca más volví a desear ser cotidiana. Yo, la incógnita en bruto,  diluida en un frasco de fragancias excitantes y con mi semblante de monstruo a los ojos del mundo. La vida cobró sentido en el ataúd de mi día a día y así llegué hasta aquí, persiguiendo la bruma de una mañana desbaratada. Maravillosa providencia. En un lugar alejado de lo familiar conocí a la Troupe de Ars Dementia,  especimenes de una sociedad demasiado acomodada para asumir su extravagancia, poetas de bajos distritos, cantantes de ópera underground, pintores de arte grotesco, bailarines del movimiento oprimido, profetas desafortunados, payasos sanguinarios, agitadores, esperpentos, pirados .. Ellos predijeron que aquí conseguiría reírme de lo que fui y que aprendería a ser una sátira de la nueva era, que los tiempos oscuros requerirían de mis servicios antes de lo esperado. No fue ninguna fábula, de eso hace ya mucho y…bueno, creo que he encontrado un hogar… ¡CIRKUS! La saliva aún desborda mis labios cuando pronuncio sus  letras, CIRKUS…el universo gira al revés como una noria infinita llena de luces fluorescentes y fanfarrias, la fiesta de la rebeldía, Kronos vestido de sueño irreal, ¿Quién puede rechazar un dulce?
De niña siempre quise incidir en algo, alterar el suave discurrir de los instantes sin repercusión. No pude ir a contracorriente, sólo fui un proyecto de rebeldía. Intenté despedazar la lista en la que aparecía mi nombre mal escrito, traté de convencer a todos de lo inapropiado de alistar a las personas en eventos y lugares indeseados, pero todo fue en vano, me ataron a una silla, me educaron como a una más y, movida por la rabia, sólo pude soñar con hacerles tragar sus palabras algún día. Ese día es hoy ¡No es suficiente con la palabra!, pequeños, años de diálogos inacabados nos preceden ¿eh? inútil querer conversar, hace falta un poquito de pimienta, Hay que pasar a la acción, decir verdades con la lengua inflamada, saltar sobre retratos de cónsules, hacer añicos la reputación ¿una foto? borrosa, mal asunto; mascotas abandonando a dueños en arcenes sin catalogar, torturas chinas para políticos de bigote inalterable, no hace falta que entre en detalles, obispos vendiendo condones comestibles, banquetes en el Sudán, Kate Moss presidenta de Jamaica,  Sunamis en los parques acuáticos, cruceros en las alcantarillas. Todo eso es Cirkus ¡Joder! hace falta una buena ostia para espabilar al mundo, dilapidar los urinarios de pago, construir nichos en nuestros jardines, ser vagabundos durante un día, prostituirnos para entender que todos tenemos nuestra farola asignada, somos unos putos. Unos putos putos ¡No os riáis, no tiene ni puta gracia! ¿Hay algo peor que reírse de uno mismo cuando el objeto de la risa es la visión más patética de lo que somos? Me gustaría que explotaran vuestros cerebros y salpicaran los platos en los que coméis con cada risa inapropiada. Eso es lo que me decía mi maestra de humanidades cuando se me ocurría cuestionar la veracidad de la existencia del Führer. Ella siempre abusó de su poder, mi mano izquierda conocía al detalle las cualidades de su fusta de sauce…llorón, las lágrimas las ponía yo. Me jode solemnemente sentir dolor por las causas perdidas. Siendo ciudadana del club de los idiotas fui incapaz de articular ningún sonido que se asemejara a una queja, sin embargo aquí soy una astilla clavada  en el centro del iris del mismo Führer. Yo tengo el poder y quiero hablarles de él ...

Extracto de la obra "Cirkus".