lunes, 30 de abril de 2012

RUFUS WAINWRIGHT



    Hace tiempo una voz me conquistó irreversiblemente... Y hasta hoy. El príncipe del barroquismo, la decadencia y las melodías preciosistas, el Señor Rufus Wainwright. En este idilio idealista tan ideal, que algunos se atreven a catalogar de obsesión, sucede algo absolutamente extraordinario, de esas cosas que tienen la justificación que queremos encontrarle a lo que nos resulta extra-sensorial...Una conexión emocional basada en hacer de la soledad y el dolor poesía y música. Su voz, su piano y sus letras de "crooner universal" siguen cautivando mis oidos como la primera vez. Y no son pocas las tragedias personales que se esconden tras las sombras de sus canciones. En su anterior album, "All days are nights" encontramos una muestra de cómo la música es la terapia que el ser humano utiliza para que el artista haga su obra de arte, aunque el traje de gala, huyendo de los excesos, sea sobrio y oscuro, la voz brilla y el piano enamora. Ahora con este nuevo c.d "Out of the game" regresa a la refexión intimista y las melodías hermosas y operísticas... Temas como "Montauk" y "Rashida" dan buena fe de ello. En directo es un showman dispuesto a salir ileso de sus errores y a hacer de la relación con el público una fiesta en la que nunca existe el sentido del ridículo. En el reproductor de mi coche es una cita ineludible que, de cuando en cuando, me transporta a lugares que creo reconocer y que adoro cantar. Hoy quiero compartirlo con vosotros, si os lo descubro  sublimaré este acto catártico de daros algo que siento muy mío y, si ya tenéis el gusto... disfrutemos de su música.













                          Sólo un pequeño retazo del maestro.

















domingo, 22 de abril de 2012

¡PERRA JUDÍA!




Una pareja en la treintena, en una estancia lujosa, en una ciudad cualquiera de Alemania. Se respira tensión.

KARL: ¡Vamos, haz las maletas, nos largamos de aquí!
ILSE: ¿Marcharnos, dónde?

Karl se dispone a preparar su maletín. Está muy alterado. Ilse le observa.

KARL: He conseguido un coche, está esperándonos en la calle. Imposible utilizar uno oficial, los americanos están interceptando todos y cada uno de ellos. Será mejor no despertar sospechas. Tengo dos pasaportes nuevos, no ha sido fácil encontrar alguien que pudiera hacerlos, pero todavía quedan fieles servidores al Reich. Toma, este es el tuyo. He puesto tus datos de soltera, será más fácil para los dos. Han localizado a Himmler, a Rosenberg, Speer… Tendremos suerte si llegamos a Checoslovaquia antes de la medianoche. Coge todos los documentos del despacho y tíralos a la chimenea. Que no quede rastro de mi vida en este hogar. La Alemania de los días gloriosos está a punto de extinguirse y no quiero ser testigo del hundimiento de mi nación. Mejor desaparecer, sin dar explicaciones. Es todo tan incomprensible.  Vamos Ilse, ¿A qué esperas? ¡muévete, apenas nos queda tiempo!

Silencio. Ilse permanece inmutable, apoyando su hombro izquierdo sobre el marco de la puerta.

ILSE: Yo me quedo.
KARL: ¿Qué?
ILSE: Lo que has oído.
KARL: ¡Estás loca!
ILSE: No quiero dejar abandonadas nuestras pertenencias. Vete tú.
KARL: Si piensas por un momento que vas a quedarte aquí sola, estás muy equivocada.
 ILSE: Yo no estoy en peligro, podré cuidar de la casa hasta que se apacigüen los ánimos. Mijael y Janina me ayudarán en tu ausencia.
KARL: No me mientas, es algo que no soporto ¿Estás hablando de la casa cuyas paredes te sepultan de puro tedio? Dame razones poderosas, no vanas excusas. Además ¿qué pueden hacer una polaca vieja y un judío para ayudarte?

Ilse se aparta del marco y se acerca a Karl.

ILSE: Quiero estar cerca de Manfred y de mis padres. Esa es mi  voluntad.
KARL: Volveremos cuando sea fácil para ambos estar de nuevo aquí, prometido. Te estoy hablando de supervivencia, no de olvido.
ILSE: No quiero separarme de su recuerdo Karl, mi supervivencia depende de mi permanencia aquí.
KARL: Realmente has perdido la cabeza. Están deteniendo a todos los responsables de la solución final. Serán implacables con los detenidos y con todo aquel que esté bajo sospecha. Las esposas de altos mandatarios no serán una excepción.
ILSE: ¿Es cierto lo que he escuchado sobre Magda Goebbels? KARL: Sí, ayer se hizo público. Ha sido horroroso, la familia modélica masacrada por el orgullo o la mala conciencia.
ILSE: ¿Han muerto todos los niños?
KARL: Los seis. Harald ha sido el único superviviente.
ILSE: Es terrible. Me cuesta entender que una madre pueda llegar a hacer eso con sus propios hijos.
KARL: No envidio el desenlace, pero sí el hecho de poder morir fielmente junto a él. Ahora qué más da.
ILSE: Los niños Karl, la tragedia está en las vidas truncadas no en…

Karl para de ordenar el maletín. La  observa. Su mirada se ha enfriado.

KARL: La tragedia, querida Ilse, reside en el hecho de que nuestro gran líder ha perdido su dignidad tras las frías paredes de un búnker. Ese es el acontecimiento trágico que debe llorar el país entero, no los niños. Magda siempre fue una persona apasionada y frívola. Los niños ya no tenían futuro.
ILSE: Pero Karl…
KARL: No hay peros, date prisa. Coge las joyas y el dinero de la caja fuerte ¡Vamos, de prisa!
ILSE: Necesito entender lo que está pasando, yo…
KARL: Investigaciones, juicios, penas capitales… ¿Qué más quieres saber?
ILSE: Pero no hemos hecho nada malo. Tus responsabilidades, durante todo este tiempo, han sido sólo civiles. Siempre me has hablado del bien que tu trabajo hacía al país. De tu neutralidad en el conflicto judío.
KARL: Nadie, a estas alturas, será condescendiente con ninguno de nosotros. Los periódicos hablan ya del gran juicio de Núremberg. Allí saldrá todo a la luz. Cualquier afiliación al partido será mirada con lupa; nombres, responsabilidades, cargos, vínculos… Créeme, encontrarán indicios bajo las piedras y no pienso estar aquí cuando eso suceda.

Ilse le toma de la mano afectuosamente.

ILSE: Contaremos la verdad. La labor que has desarrollado es puramente burocrática, seguías órdenes de tus superiores. No hay ningún peligro, Karl.
KARL: No. Olvida esa idea absurda, nos vamos de inmediato. Es mejor no arriesgarnos innecesariamente. No hay garantías de que vaya a salir bien.
ILSE: Yo soy testigo de tu inocencia.
KARL: ¿Crees sinceramente que el testimonio de la esposa de un miembro del partido Nacional-socialista, tendrá algún peso favorable en la balanza? Pon los pies en tierra, por favor.
ILSE: Pero no tenemos nada que ocultar…
KARL: ¡Tu maleta!
ILSE: … ¿me equivoco?
KARL: No, no te equivocas ¡Haz tu maleta de una vez, Dios santo. Ya!
ILSE: Entonces ¿por qué no me miras a los ojos cuando me hablas?
KARL: Déjalo estar. No perderé más tiempo discutiendo nimiedades contigo. Marcharemos juntos, lo quieras o no.

Ilse se aparta bruscamente mientras Karl va a buscar otra maleta. Karl tira la maleta a los pies de Ilse y ella le mira con censura.

ILSE: ¿Y cómo vas a conseguir tu propósito, obligándome?

Karl cierra su maletín. Su expresión es amenazante.

KARL: Escúchame bien, sólo lo diré una vez más. Si no preparas las malditas maletas de inmediato, me veré obligado a llevarte a rastras, con lo puesto. Te aseguro que en estos momentos podrías berrear y golpearme con todas tus fuerzas, me daría igual. No me han educado para recibir contraórdenes y mucho menos de mi esposa.
ILSE: No pienso marcharme de aquí. Tus temores son infundados y mi dolor ha enraizado en este lugar. Mis abuelos desaparecieron en Hadamar, ni siquiera pudimos recoger las cenizas. Papá murió bombardeado en el hospital militar y mamá de una crisis cardíaca.
KARL: Han muerto muchos ciudadanos alemanes. Nuestras familias no son una excepción.
ILSE: ¿Y Manfred?
KARL: No quiero hablar de él ahora.
ILSE: No podemos dejarle aquí, solo.
KARL: ¡Ilse…!
ILSE: No me lo perdonaría nunca.
KARL: ¡No sigas!
ILSE: ¿Cómo puedes ser tan insensible?
KARL: ¡No respondo de mí!
ILSE: También es tu…

Karl abofetea a Ilse.

KARL: Te he dicho que no quiero hablar de él.
ILSE: ¿Es así como vas a borrar tu herida?
KARL: Disfrutas provocándome.
ILSE: Me das pena.
KARL: Él ya no está. Trato de olvidar, simplemente.
ILSE: Eso es. Lo que no te gusta, lo olvidas. Huyes porque no puedes enfrentarte ni a ti ni a nada que no sea el olvido. Él está aquí, entre nosotros. Lo puedo sentir cada día.
KARL: Estás enloqueciendo y la causa está aquí, en este lugar repleto de recuerdos. Te vendrá bien alejarte un tiempo, créeme.
ILSE: Sé muy bien que no estoy loca, él no ha dejado nunca de estar presente. Sus risas, su piel, su pelo suave, el olor de su cuello. Todo está impregnado de su recuerdo.
KARL: Manfred nunca ha existido. Ya está ¿es eso lo que querías oír?

Silencio. Ilse rompe a llorar.

ILSE: Karl Hoffmann, eres un miserable.
KARL: Hay cosas que es mejor enterrar.
ILSE: ¿Te estás oyendo? Hablas de tu hijo muerto como quien define un objeto inservible que es mejor no conservar.
KARL: No estaba preparado para la vida, la naturaleza es sabia y  se lo llevó. No pienso cargar con fantasmas del pasado, que me impidan ver con claridad de aquí en adelante. Son momentos difíciles que requieren de lucidez. ¡Por dios Ilse! Mírate, eres una mujer envejecida antes de tiempo. Llevas el peso de la memoria en las espaldas y eres incapaz de ser libre, ni siquiera cuando la vida te exige serlo.
ILSE: Te odio.

Karl toma a Ilse por la muñeca.

KARL: Nos vamos.
   
Ilse logra apartar su brazo.

ILSE: Me das asco, no me toques.
KARL: Este es el momento de seguir mis pasos. Me lo debes.
ILSE: Yo no te debo nada.
KARL: No me hagas recordarte todo lo que he hecho por ti.
ILSE: Habló un alemán de pies a cabeza. Supongo que esperarás que tiemble o que suplique…
KARL: He arriesgado mi vida desde el primer instante y lo sabes.
ILSE: Bien sé lo que has hecho por mí. Encerrar a la perra judía para que no se muestre débil y para que nadie sepa que es de Cracovia y que sus antepasados son la vergüenza de la Gran nación. Negar mi identidad, falsificar mi memoria para poseer la malsana obsesión que se apoderó de ti cuando me viste por primera vez en aquella feria. La azafata judía aún podía ser redimida de su oscuro pasado. Todavía quedaba tiempo. Eras ya conocedor de lo que estaba a punto de suceder. Tú sólo te adelantaste a los acontecimientos y compraste mi vida para alejarme de los míos. Todo a cambio de una promesa: “Que cuidarías de mi”. Paradojas de la vida… Cuidar de mí significaba aniquilar lo que yo soy.
KARL: ¡Ilse, basta ya, no estás en situación de…!
ILSE: ¡Déjame acabar! Conseguiste que me resignara, que aceptara mi situación, mi pérdida y mi dolor como una actividad rutinaria que ha invadido los sueños de hoy sepultando las vivencias del ayer. Me ilusioné, estúpida de mí, con la quimera de que Manfred sería una redención. La segunda oportunidad que la vida me daba para caminar junto al extraño amante que trataba de ganar mi afecto. Pero él fue más listo que nosotros, Karl. Al asomar la cabeza fue consciente de las penurias que el destino le había reservado y se marchó ¡Bien por Manfred! Con su pérdida, muere toda posibilidad de cariño, de palpitar, de vida. Las pesadillas se intensifican y tu rostro se torna de nuevo amargo. Vuelvo a sentir que las promesas de una vida mejor son palabras de sedación que necesitas para que permanezca, pero, ya no tienen ninguna fuerza, ya no pueden causar ningún efecto sobre mí. Márchate, no temas por mi silencio, quemaré todos los documentos y me inventaré cualquier historia que te deje en buen lugar. Contaré las excelencias de un hombre noble que intentó hacer las cosas según le dictaba su conciencia.
KARL: Nunca me has querido, lo he sentido bajo las sábanas y en la mirada primera de cada amanecer. He querido ser un hombre para ti, pero creo haber interpretado a un monstruo inánime y torpe, incapaz de sentir que el aire respirado no era mutuo…
ILSE: No seas cínico por favor…

Karl toma a Ilse por el cuello. Ilse se retuerce.

KARL: Sí, he sentido tu superioridad emocional, tu altivez, tu castigo. A pesar de ser quien eres, una traidora, una judía vestida de aria a los ojos del mundo, me has mirado por encima como si salvarte de un final inminente fuera el peor de los castigos. No has podido ser mujer y mucho menos madre, está en tu naturaleza ser imperfecta y sin embargo yo he acogido esa indignidad tuya como algo que, creía, era mejor proteger. Pero no se puede cambiar lo que se ha forjado con los siglos. Tu actitud no es pasajera, representas todo aquello que vulnera la ideología de una nación; eres  falsa,  ambiciosa y desarropada como lo es tu pueblo. Te dejo tal cual te encontré, sucia. Reniego de cuántas palabras hablaran de amor o búsqueda, de las puestas de sol y los baños en el Báltico. Renuncio a recordarte con emoción y juro que seré perseverante en este punto. A partir de este instante volverás a ser 
una bruma en el camino, una de esas nubes vaporosas que desaparecen cuando caminas con firmeza. Si preguntan por mí, diles que te quise y que desgarraste mi alma.

Karl escupe a Ilse.

No eres digna de mí, y no quiero volverte a ver.

Karl se marcha. Ilse cae desvanecida.



Fragmento de "La jóven del Vístula". Enero 2011.

 http://quieroserdeverdad.blogspot.com.es/2011/11/el-encuentro.html

 http://quieroserdeverdad.blogspot.com.es/2011/04/la-joven-del-vistula.html

 

jueves, 12 de abril de 2012

FREAKY MOMENTS

   
    Y es que ser freaky ya no es algo tan peyorativo ¿verdad? La peculiaridad despunta brotes de autenticidad de la buena, de esa que genera expectación y ganas de crear. Gracias al virtuosismo de algunas personas bizarras en hiperbólicas proezas me deleito de lo lindo revisando sus hazañas, torpezas o acciones que van de lo más extravagante a lo anecdótico, de lo accidental a lo minuciosamente elaborado. He querido pues, dedicar este post a todos ellos, un homenaje a los héroes anónimos del youtube que provocan mis risas gallináceas, mi estupor, mi perplejidad o mi más sincero encantamiento. Va por todos ellos.

    Entre tanta genialidad he querido destacar algunos ejemplos de cuyos protagonistas rescato también las genuinas pruebas del delito.




"La socorrista tóxica" (Alias "la he liao parda") lidera el ranking de historias accidentales con torpeza pero con mucho encanto, posee una alta vis cómica y resulta un personaje singular donde los haya (Me declaro fan absoluto de su speech de química fumeta del Alcobendas profundo). Te adoro, estés donde estés.




"Grizzly attacks woman" Otro gran clásico (confieso que es mi favorito) es el ataque de un oso grizzly a una señora dulce y la mar de simpática en un set de grabación de un programa cutre-televisivo (Al más puro estilo Jesús Hermida se lo monta en la comarca). Varias preguntas me vienen al instante al revisitar este video:
1- ¿Por qué el oso es tan implacable con la gentil señora y su jerseycito verde de cuello alto?
2-¿Por qué el entrenador va con kimono y cinturón negro?
3-¿Por qué el presentador del programa (nuestro particular Jesusín) acaba bajo las zarpas del oso pardo?
4-¿Qué sucedió con los protagonistas de esta historia, inmediatamente después de lo sucedido? (Si alguien puede aportar algún dato aclaratorio, le estaré eternamente agradecido).


"La niña terrorífica del Guardaespaldas" Mi último gran descubrimiento es esta Wihtney Houston macabra en un festival de playbacks de "fin de curso" en algún pueblo del México más popular (Nótese como la pasividad de los asistentes, al principio, da paso a una entrega total ante el despliegue de medios ejecutado por el charme gótico-funesto de la grácil señorita) ¡Qué seguridad la suya, qué efectista! ¡Y qué control de los objetos!!!!!!!!! ¡Qué limpieza en la acción! Es grande y lo sabe, en su extravagancia conquista si remedio. No me canso de verla.


"Cohete anal": O lo que es lo mismo: ¡Hay que ser capullo! Estos americanos emulando a los de jackass, pero sin entrenamiento en el esfínter, ni previsión de riesgos, ni ligera noción de lo que es "una buena mascletá" (Claro ejemplo de lo que significa ser un imbécil integral) ¿Con qué cara va uno al médico y le dice: Doctor, disculpe, pero me he metido una bengala en el ojete y creo que aparte de reventarme el escroto me he calcinado el perineo? En fin, no coment. Para admiradores de la estupidez ajena made in USA, recomiendo también, "colleja por ostia" (O como morir en el intento... ¿Qué pasará después de la gran accción???).



"Las hermanas del baptisterio paleocristiano": ¡Dios de mi vida! A mi esta familia me recuerda directamente a la de Leatherface (en esa grande "Mataza de Texas") y me hace sentir la parte más oscura y aterradora del género humano en versión española y sin música minimalista al más puro estilo Carpenter. Esas miradas, esos silencios, esas voces...




"Maldita lisiada": Bueno este es un himno a los excesos, al histrionismo, al despropósito catódico. No perdáis detalle, porque no tiene desperdicio; los actores, sin excepción, dan lo mejor de sí mismos, mención especial para la psicópata de turno. Recomiendo a fans de sagas telenovelísticas el visionado de "Maldita peluquera", otra forma modernizada de disfrutar del culebrón.



"Miss Panamá y Miss Colombia": Otro de mis grandes favoritos es este documento único en el que comprobamos, una vez más, el portento intelectual y el gran discurso existencial que derrochan estas dos misses latinas (Nadie se salva, ahí está nuestra Mazagatos con su candelabro).
Miss Panamá: "Confucio fue uno de los que inventó la confusión y por eso se le ha... de los más antiugüos, fue uno de los chinos japoneses que fue de lo más antiguo.Gracias".
Miss Colombia: "Yo creo que el hombre se complementa al hombre, mujer con mujer, hombre con hombre y también mujer a hombre del mismo modo en el sentido contrario. Y estamos para darnos cariño, para darnos amor y... La mujer es el complemento del hombre, en un sentido muy bello, porque le da amor, también le da el cariño... El mundo está evolucionando y cada vez le damos más amor a los hombres que en el caso colombiano, alguna vez fueron machistas...
¿Qué decir ante tal despliegue de medios, elocuencia y capacidad de síntesis?


"La niña de Star Wars": Tiene tres años y nos deleita con su descripción del episodio IV de Star Wars; se nota a la legua que ha sido instruida por "la fuerza" y el espíritu fanático-declarado de unos padres, frustrados y atrapados en un vida carente de estímulos, en su particular homenje a la saga galáctica ¿Qué empeño en usar a los niños? Aunque esta nana esté realmente para comérsela.


"Thriller hindú": Yo no me quedo sin hacer un guiño a Michael (Withney, ya se llevó el suyo) en esta versión a lo Bollywood del Thriller de toda la vida, ese clasicazo que sólo los de la industria más prolífica del mundo se atreverían a recrear. No tiene desperdicio, casi que me gusta más el estribillo este: "Colimar, colima, ma, mar"... Me parto con las córeos, el vestuario y esas giradas de cara.




"Fairy fall": Y para cerrar  mi selección de momentazos, os dejo con este en el que romper la magia de la fantasía es tan fácil como estrellarse desde lo alto de... Bueno, mejor lo véis...
FAIRY: Not to fear little children i will help... Jajajaja...¡Me encanta y también soy fan! Un besote freaky pá tós. Seguiré investigando y volveré con más.



martes, 3 de abril de 2012

ISLAS CANARIAS (HISTORIA DE UN PSICÓPATA) 1ª PARTE




     Fue casi sin querer, guiado por la necesidad imperiosa de huir de mi propio dolor, tras una reciente ruptura, acabé aceptando la proposición de un corresponsal con quien compartía buena amistad. Una amistad basada en largas cartas de disertación sobre la vida, la música, el cine. De hecho fue la revista cinematográfica "Acción" la que permitió el encuentro, la magia y la necesidad de compartir, con todas aquellas extensas misivas, una experiencia que duró varios años y cuyo desenlace apoteósico conoceréis aquí a lo largo de varios capítulos. Como antecedente os diré que hubo un encuentro previo en Sagunto, en mi casa. Nada vaticinaba entonces lo que meses después sucedería.
    Como decía, recién salido de una ruptura, ocupé mi verano con viajes compulsivos (hábito que no ha cambiado un ápice desde entonces) cuyo objetivo residía en olvidar, sanear y aprender... Primero tuve la suerte de conocer a Laura, otra corresponsal nacida del mismo anuncio, residente en La Laguna (Tenerife) y con la que pude vivir una noche blanca de "puesta al día". Al día siguiente hice una visita guiada por los alrededores del Teide atravesando un misterioso bosque de Laurisilva junto a "Lobo" (Reconozco que el nombrecito le daba más inquietud al asunto) la pareja de Laura y mi guía turístico por la isla mientras ella trabajaba. Por la tarde comimos juntos y ambos me acompañaron al puerto de "Los Cristianos" (al sur de Tenerife) para coger el ferry que me llevaría a la isla de la Palma, donde me aguardaba mi amigo Gustavo. Del afecto inesperado de la cálida pareja, zarpé rumbo a una isla desconocida como el que viaja a un mundo que no existe sino en el imaginario. El mar estaba picado, mi intento de ver la silueta de "La Palma" se vio frustrado por un brote de nauseas que me obligó a refugiarme en el hall al abrigo de la intempestiva conducta del mar y los vientos Atlánticos, con mi cara más verde que la del Grinch, contemplando las catastróficas consecuencias de permanecer en el exterior que tuvo para una familia germana, cuya niña vomitó contra el cristal su sandwich de jamón y queso (Sí, sí, viví todo el proceso) Gratos recuerdos. Mi estado vegetativo con toques de lechuga perpetua había dado paso a un, no menos interesante tono facial blanquecino y malva en las cuencas de los ojos. Me sentía como recién salido del "Dragon Khan" después de comer cuatro platos de fabada. Afortunadamente habíamos alcanzado la costa, estábamos en Santa Cruz de la Palma y Gustavo esperaba impaciente la recogida de su tripulante descompuesto y esforzado por resultar agradecido. Yo sólo quería subirme al maldito coche, llegar a una maldita casa y vomitar o dormir, cualquiera de las dos opciones me resultaban estimulantes. Como imaginaréis no estuve muy comunicativo en el trayecto, pero aún lo estuve menos cuando subí en aquel coche de alquiler (Su 4x4 estaba reparándose en un taller y días después entendería por qué) y vi, para mi sorpresa, que se saltaba dos semáforos en rojo de la Avenida principal de la ciudad, volando como el que huye de la policía en uno de esos videos de persecuciones americanos. Nuestro destino: San Andrés. Por delante 12km de curvas, subidas y acantilados al más puro estilo "Montecarlo" y yo recordando a Grace Kelly por aquello de situarme en un contexto conocido y real ¡Qué horror! Pocas veces en mi vida me he sentido peor. Y él que preguntaba constantemente G-¿Pero te pasa algo? M- No, ya te he dicho que ando un poco mareado ¿Te importaría ir más despacio? G- Es que estás muy raro. M-No me encuentro demasiado bien ¿falta mucho? G- Unos 10km M-¿Y son todos así? G- Las curvas sí, pero luego bajaremos, no te preocupes.
    La noche está estrellada y ni siquiera puedo imaginar que su belleza me sustraiga de la incómoda situación. Bajo la ventanilla para respirar un aire menos adulterado y me viene una bocanada de olor a bananas ¡Dios, resultaba insoportable! Vuelvo a subir la ventanilla. Me veo desde fuera, en mi ridículo empeño de olvidar mi dolor sufriendo un nuevo e inesperado trauma que habla de palmarla, o en el mejor de los casos, de sufrir un accidente junto a un tipo que apenas conozco y que resulta arisco e impertinente. M-Por favor ¡Puedes ir más despacio! G-Sólo voy a 70 M-¡No se puede ir a 70 por aquí y no me encuentro bien! En ese momento hace ademán de encender las largas y accidentalmente apaga las cortas. Circulamos sin luz durante dos o tres segundos, que se me hacen eternos. Pega un frenazo y siento que llega un posible y nefasto desenlace, mientras miro a mi derecha los 300 o 400 metros de caída que me separan del mar. Ahora pienso en "Thelma y Louise". Encuentra de nuevo las luces, retoma el camino y el silencio se adueña de aquel espacio cargado de tensión y malas energías. Al comenzar el descenso le pido que se detenga para poder vomitar. Al principio se muestra reticente G- Llegamos tarde para cenar, me dice... Yo ya no tengo ganas, ni fuerzas para una réplica y le devuelvo mi peor cara. Se detiene en una especie de observatorio con miras a un gran precipicio. Suena el mar rompiendo contra las olas bajo mi cabeza. Vomito y siento que me vacío de las cosas malas que he sentido en el trayecto, pero no es más que un pensamiento... G-Es que te muestras muy extraño, como si no te hiciera ilusión verme y estar aquí- me dice en un tono cargado de mil y un detalles ajenos a mi existencia. Yo le miro mejor, le sonrío como puedo y le manifiesto mi buen espíritu y ganas de estar allí, en su pequeño rincón del mundo. Pero en el fondo pienso que estoy en un lugar desconocido, junto a un ser desconocido emborrachado de ese aroma a plátanos tan característico y detestable. Al fondo en el horizonte se vislumbra San Andrés. G- Vamos, que mi madre estará preocupada.