jueves, 28 de febrero de 2013

BÚSQUEDAS


  
   Aprendí a no creer en mí, el día que me dijeron que la vida era muy complicada, eso me hizo retroceder 19 pasos, los mismos, que años llevo andados en el camino. Con todas las preguntas atadas a los pies y con el brillo de la curiosidad en mis pupilas. Intento no hacer demasiado caso a las habladurías, pero no siempre es sencillo sacar algo en claro. Soy... todo aquello que no se dice en esas frases hechas que escupen  bocas anónimas... Tengo inquietudes, me esfuerzo por ser mejor persona, sólo me resigno cuando no soporto el dolor, mi pereza nada tiene que ver con la falta de ilusión, no intento suicidarme por cada desengaño, detesto a los que idolatran porque sí, reflexionar es mi mejor terapia, irme de fiesta un escape y ser alguien en la vida mi mayor preocupación.
    A veces me gustaría pisar firme y que no se levantara el polvo, pero soy consciente de que el polvo siempre vuelve a ocupar su sitio, de que es necesario perder visibilidad para entender algo en este mundo loco. Espero no equivocarme mucho. No, quiero equivocarme. La cultura de la inmediatez no me deja y yo soy aspirante a vivir sometida a un resultado perfecto por el resto de mis días. Me dan ganas de vomitar. Si miro a mi alrededor puedo ver a millones de personas corriendo con los ojos desorbitados; quien dijo que el sentido de la vida es la búsqueda de la felicidad, estaba desequilibrado o fumaba demasiado. Cuando era niña podía arroparme en mi inocencia, para protegerme de la incomprensión que veía en otros, pero ahora sólo sé arroparme en la seguridad de que puedo hacer algo por cambiar mi pequeño horizonte. Dispongo para ello de herramientas infalibles, una mirada optimista, energía desbordante y una lista de  todas aquellas cosas que cambiaría si me dejaran hablar. Imaginar que mi discurso tenga alguna repercusión me hace albergar esperanzas en el género humano. ¿Demasiadas pretensiones para alguien como yo? No lo creo, desempeño una función social, suceden muchas cosas a mi alrededor en este mundo- rompecabezas y yo disfruto tanto observando, aprendiendo de las historias anónimas que se entrecruzan y se confunden con el sonido de la ciudad. Soy como una lechuza, la discreción no anula mi presencia, pero en mi silencio sigo configurando mi historia, mi pieza clave en este rompecabezas.

sábado, 23 de febrero de 2013

VICTORIA


Es una victoria tenerte
entre días y sendas
junto a risas y penas
en el brillo de una estrella
y en la cadencia del aire
en las horas que transcurren
a pesar de la distancia
en las huellas del recuerdo
y los versos que resuenan
como eco de campanas...

Hay instantes para ser
mensajero de tu savia
para hilar cielo con tierra
y arroparte en la mañana
en el suave lecho aquel
que ilumina tu mirada
cuando escuchas el cantar
de las aves y las hadas.
Eres tú, querida mía
esa victoria soñada...

Y si callas y si lloras
si tal vez estás cansada
si los brazos no responden
si las piernas ya no andan
inventaré mil canciones
que se inyecten en tu alma
como néctar en los labios
y jardines de lavanda...
para que amanezcan de nuevo
la victoria y la esperanza...

Y ay, pobre de aquel
que ensombrezca esta balada
que insinúe la amargura
o envenene tus palabras 
con tristezas y dolores
con temores sin ventanas
dibujando siluetas
de sombras, dudas y lágrimas.
Pobre de aquel que lo intente
pues la victoria está ganada...

Pensaré, querida mía
que tu fuerza es como el magma
que remueve los cimientos
que se agita y nunca calla.
Sentiré también tu voz
como arroyo en la mañana
gritaré que esa es Victoria
una mujer liberada
la que surca con su vuelo
los vestigios de otras razas
la que cuida de los suyos
la que ama sin desgana
la que guarda en su memoria
mil secretos y una fábula
sus recetas, sus historias
los consejos y las chanzas.
Eres tú mi fiel amiga
el espejo que me ampara.


A Victoria. Tenerte es un regalo, hoy y siempre. T.Q






domingo, 10 de febrero de 2013

REPÚBLICA CHECA (DESCUBRIENDO MORAVIA Y BOHEMIA).




    República Checa o debería decir República seca... Uff, estando en esta mitad occidental de la antigua Checoslovaquia uno toma absoluta conciencia de lo trascendente de la cultura, la política, la educación y la genética en cuestiones relativas a la gestación de la mentalidad de un país... Hay excepciones a esta generalización odiosa, poquitas, pero las hay. El/la Checo/a medio/a es antipático/a hasta decir basta, especialmente en la capital donde sus habitantes hastiados por la asidua invasión de visitantes estivales rozan la mala educación y ahondan en su tosquedad más profunda. Todavía recuerdo a ese informador turístico que lanzó literalmente el mapa de la ciudad sobre mi mano mientras esbozaba una mueca. Pero como viajante inquieto que soy, reconozco que ese es un síntoma bastante extendido en las grandes ciudades europeas, así pues resulta injusta esta sentencia mía que esperó paliar con muchas otras cosas buenas que contar de las hermosísimas tierras de Moravia y Bohemia.







La belleza de sus pueblos, especialmente los del sur, es una invitación para 
perderse y creerse en una especie de parque temático, rústico y folklórico pero sin artificios, con colores intensos y casas de ensueño, buena prueba de ese testimonio son localidades patrimonio de la UNESCO como son Holasovice, Telc o Cesky Krumlov cuyas calles y plazas cortan el aliento de puro magnetismo. Cita ineludible para próximos viajes. Sólo por esa razón, volvería a tierras Checas. 



Y luego están las cervezas... Esa bendita Pilsen que me salvó de algún que otro sofocón. Sufriendo una ola de calor insoportable por toda Europa, con el calor salpicando el asfalto checo y teniendo la cerveza más barata que el agua mineral o el café, uno pierde el sentido de la mesura y las jarras de litro llegan a volar con una asiduidad malsana, pero muy refrescante. Tanto que en ocasiones me hizo olvidar los 40 grados abrasadores y la mala energía que envolvió mi estancia en Praga. Por cierto, aseguraos que tenéis vuestro billete de metro al día y sobre todo no cometáis el error de creer que se puede subir en el metro sin control, las multas son suculentas, creedme, lo sé bien. Que Praga es una ciudad-museo, es una obviedad, su personalidad y su encanto eclipsan sin remedio al turista, el Moldava imprime ese carácter bohemio que se respira en sus calles, especialmente cuando te hallas sobre el Puente de Carlos, donde uno podría permanecer durante horas sin hacer otra cosa que observar las panorámicas, a los pasantes y a los artistas que encandilan con su arte y sus performances. Se trata, sin duda, del alma de la ciudad, el centro neurálgico de Praga  e incluso me atrevería a decir que el corazón mismo del país.








La limpieza de cara de los últimos 20 años es causa y consecuencia del incremento desbordado de turismo internacional... Aunque todavía puedes encontrar a personas que vivieron los años de oscuridad en los que los edificios oficiales estaban flanqueados por militares armados y en los que el tiempo transcurría tras el filtro de una tonalidad eminentemente gris. 
Ahora se viste de mucho color y eso es de agradecer, aunque los suburbios son de arquitecturas claramente comunistas y ciudades como Brno te hacen sentir en el este profundo, pues allí nadie habla inglés... Y aunque visto desde fuera me encanta sentir el no sometimiento a una imperativa lengua universal...¡Horror, no podía comunicarme! es muy complicado hacerlo en un idioma dominado por las consonantes, especialmente por la k... Pero con distancia, resulta divertido y un enredo constante en el que hay que meterse sí o sí..., Mi conversación con una local sexagenaria del lugar no tiene ningún desperdicio. Todavía la visualizo con su cara de susto.


Fuera de las ciudades, el país es mayoritariamente agrario. Los campos de cultivo se entremezclan con bosques y ríos de una forma muy armónica. Viajar así, en coche de alquiler, con una buena música, agradable compañía y esos paisajes tan bucólicos resulta uno de  mis mayores placeres en la vida.

 

Dos recomendaciones antes de dejaros con las imágenes de este viaje: 1- cuidado con la cartera, pasaportes, joyas y objetos de valor, que las manos andan muy sueltas por las calles checas y no está de más ser precavido. 2- No dejéis de ver una obra de Teatro Negro, si existe un niño en vuestro interior, permitidle que se deleite y que viaje allá donde las sombras resplandecen y donde los sueños adoptan formas que bien podrían hacernos creer en la fantasía o en el encantamiento de la luz negra y los colores fluorescentes...No os perdáis esas idílicas obras de arte. 



En mi próximo post de "Viajes" os contaré la otra cara de la moneda... Eslovaquia, una realidad bastante más genuina y menos edulcorada...Pero esa es otra historia.