lunes, 14 de diciembre de 2009

THÉRÈSE


Encontré en tu mirada el más cálido refugio, porque su lecho estaba forrado de paz, porque su brillo era una luz clara para reconocer el camino a seguir en esta odisea de la vida. Me vestí de tus risas, eterna fiesta de la que quiero impregnarme siempre, por ser una enseñanza, por recordarme cada día la importancia de tener un espíritu optimista y libre. Recogí cada una de tus caricias, sutiles y generosas, que todavía conservo en frascos de colores, resguardándolas del frío y de las noches demasiado oscuras. Aprendí de tus silencios, muestra indudable de sabiduría, una nana infinita donde arrullarme en aguas de paciencia, sin prisas, deseando permanecer allí, envuelto en el arroyo incesante del pensamiento, de tu recuerdo. Guardé toda tu fuerza y tu dedicación como un motor que lleva mi alma por las abruptas calles de lo desconocido, pude vencer el miedo alguna vez a pesar de las tormentas. Comprendí gracias a tu abnegación que amar es, en ocasiones, olvidarse de uno mismo para cultivar el bienestar de quien esta más cerca y más necesitado. Soñé, no hace demasiado, que eras una dama discreta y eterna que acompañaría mi soledad para hacerla más dulce. Valoré inmensamente la tierra, el fruto del trabajo constante y el valor de las pequeñas cosas gracias a todos esos detalles cotidianos que han acabado siendo grandes acontecimientos. A ti debo, pues, haber encontrado mi lugar en el mundo, una tierra cálida y reconfortable donde suelo cobijarme para olvidar y seguir creciendo. Por todo esto que me has ofrecido a lo largo de los tiempos, querida mía, señora y ejemplo a seguir, de mi vida de la de todos nosotros, te pido desde mi ausencia, presencial en espíritu y pensamiento, que te acomodes en una estrella para que podamos contemplarte cuando te echemos en falta y no encontremos el consuelo. Tal vez así nos resulte menos difícil decirte adiós. Yo siempre te diré hasta luego, como cuando el coche arranca y todo queda atrás. Reviso lo vivido y me siento tan agradecido. Siempre estarás en mi corazón. Siempre.