Una vez más el
abuso, una ocasión más para aplastar a los débiles con nuestra estúpida
supremacía humana, ficción que creemos cierta casi por definición. Pero cuando
el planeta ruge su ira y nos pasa factura preferimos justificar las lágrimas
que vertemos implorando a los dioses para que nos salven de las tragedias...
Somos incapaces de calmar la impaciencia, esa ansiedad por controlarlo todo,
por abanderar esta recia sabiduría que nos hace creer que somos los únicos,
evolucionados e inteligentes seres de la galaxia. Hoy, antes de barrer sin
miramientos una araña, mientras limpiaba, preferí recogerla con cuidado y
sacarla a la calle... Nada extraordinario, simple hábito... Me recuerdo todos
los días que no soy único, ni tan evolucionado, ni tan inteligente como me
creo. Llego a casa ahora, después de trabajar todo el día y con mi pensamiento
en forma de EXCALIBUR... Y su cara implorante en ese sofá, su sofá, su soledad
y su incomprensión. Se me revuelven las tripas. La noticia, ya es noticia.
Somos más ratas que las ratas, la cuarentena debiera aplicársenos todos los
días por ese empeño constante en someter a la vida y los vivos a este capricho
ridículo de conducir a quienes decidimos y cuando decidimos a un juicio
unidireccional sin partes ni sensatez. Deseo la muerte política de Ana mato.
Merece desaparecer de nuestras vidas, por avocarnos con su criterio negligente,
fascista, casposo y pro-católico a una situación lamentable... Es mejor
movilizar una nación por la vida inestable de un religioso español en el África
ecuatorial, a quien podrían haber atendido grandes especialistas sin correr
riesgos innecesarios, que analizar minuciosamente un perro que puede ser
depositario de pistas considerables ante esta epidemia terrible... Y que no ha
elegido estar así, como esa enfermera, su marido o el religioso español... La
diferencia la sabemos todos. Estoy triste e indignado, EXCALIBUR es un nombre
poderoso... Su fuerza está en todos aquellos que creemos que no somos más
importantes que un árbol, una araña o un perro que dibuja preguntas sin
respuesta con su mirada. VERGÜENZA. Y para aquellos que se empeñan en acentuar
el hecho de que no es comparable con la tragedia humana... yo les contesto:
"Tenéis razón, nosotros seguimos siendo los depredadores más despiadados
del universo".
Un asunto feo éste, muy feo, con un triste e injusto (e injustificado) final. Hay días en los que es mejor desaparecer para soportar tanta inmundicia.
ResponderEliminarTan feo que me produce un bochorno y una antipatía difícilmente digeribles... Tengo ganas de escuchar una reflexión institucional al respecto, pero todo se quedará en palabras vacías, falta de responsabilidad y un eterno " mirar para otro lado..." Algo a lo que, por otra parte, nos tienen acostumbrados... Besotes deWitt
EliminarEntre salvar la vida del perro y salvar la de cualquier miembro del gobierno prefiero mil veces salvar la vida del perro.
ResponderEliminarDan asco.
Asco y terror.
Entre salvar una vida o aniquilarla, decido recordar la insignificancia de mi existencia y respirar profundo... Besotes.
EliminarEs muy cierto, esa inteligencia nos hace ser los seres vivos más peligrosos del planeta. Yo ya has visto lo que he opinado del tema, me ha dolido mucho lo del perro, porque he tenido perro y sé lo que es el cariño que se les tiene a estos animales (y ellos a ti), pero la opción de salvar al animal la veía inviable con el riesgo de cometer más imprudencias dada la ineptitud de la ministra para llevar un caso tan puntilloso.
ResponderEliminarBicos Ricos
Salvando el debate moral sobre matar o no en función de lo que consideramos más ético, humano o necesario... Lo reprobable en todo este asunto es el "cómo se hace" y el poco rigor científico, auspiciado por el gobierno, que han demostrado aniquilando un animal sin ni siquiera estudiarlo y verificar su contagio... Para mí no hay excusa que justifique ese modus operandi... Besotes.
EliminarIntento no olvidar nunca que somos animales, que nos movemos por instinto, que aplicamos la ley del mas fuerte, etc. No hace falta hacer un gran esfuerzo para recordarlo, historias como esta a menudo nos ponen en nuestro sitio.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues sí... Ay pena penita penaaaa... Nada que hacer... Nuestra animalidad está eclipsando una humanidad cada vez más ausente... Besotes.
EliminarSiento la misma vergüenza que tu por ese abuso de poder con el que se ha manejado la situación.Ni punto de comparación al trato recibido por la mascota de la persona infectada en EEUU.
ResponderEliminarAquí ya ves,hasta la fecha,solo ha habido una dimisión( de la persona que gestionó la incineración de Excalibur)en un protocolo lleno de errores garrafales del que todavía no sabemos bien las consecuencias.
Vergüenza de país.
Un abrazo!
Mientras sigamos justificando la tortura animal en eventos populares...El sacrificio de un perro, sin seguir ningún protocolo lógico de estudio pormenorizado... pasará desapercibido ante nuestros ojos como un daño colateral, inevitable y mal menor... Cuando lo pienso, me siento extraterrestre y reniego de mi especie, sin paliativos. Besotes.
EliminarSiento lo mismo que tú ante la solución que han tomado para el pobre perro. Se siente uno impotente ante cosas así.
ResponderEliminarComo también se siente uno importente ante tanta muerte y pocas soluciones en Africa...
Muchos besos.
No es una impotencia comparable... Está claro... Pero no por ello tenemos que silenciar este abuso querida amiga. La supremacía del primer mundo sigue sometiendo a todos los que aspiran a vivir sus libertades sin soga... Besotes.
Eliminar