lunes, 7 de octubre de 2013

LA GAVIOTA I





     Es una de esas mañanas perfectas que templan el rostro y acarician el alma. Percibes que el aire es demasiado plácido para ser cierto, la luz resplandeciente y vívida, las miradas acogedoras, el mar un remanso de paz sin ese constante fulgor del rompe-olas. Reina la calma y las voces de los pasantes son un murmullo adormecedor, casi una letanía. Huele a "Fruits de mer" y el estómago parece manifestar su vertiente más activa, de momento sólo una "Alhambra" y unas olivas. Es entonces cuando suena un saxo. Sólo falta el sexo, pero  no es apropiado en un paseo marítimo (Al menos no en pleno día). Piensas en voz alta que tus sentidos gozan del deleite de una plácida mañana, inalterable y hermosa. Nada puede estropear lo que sientes. Sacro error. Justo en la fracción de segundo inmediata al pensamiento, cae sobre ti un regalo del cielo. Es líquido, verde y cálido. Podría ser el "pesto" que el niño holandés de la mesa de al lado ha hecho volar hasta tí, por encima de la cabeza de su padre. Pero no. Viene de arriba. Las teorías absurdas que rondan tu cabeza aterrizan finalmente en un significado real. "Caca de gaviota" .Para ser más precisos, diarrea. Tu inmaculado ropaje tiene tres pequeños visitantes verdes. Al igual que el cojín del sillón, la cerveza y las olivas (¡Démoslas por perdidas!). La gaviota anda suelta, pero sigue en su vuelo imperturbable sin alterarse lo más mínimo. Ella es la auténtica protagonista de esta historia. Y me dispongo a contárosla, con el sosiego propio de un vuelo que parece no alterarse ni siquiera cuando arrecia la tormenta.
    En Ushuaia estaba mal considerada por la productora de guano. Michaela aportaba el hediondo sedimento como asociada honorífica. Semi-líquido, masivo y grisáceo. El clásico residuo que enamora y que vende. Perfecto en el mundillo. La empresa hacía conocerse por su nombre "la vida suelta" y por estar en el culo del mundo. Pero la excrecencia de nuestra amiga alada cambió, sin más, de color. De una forma irreversible e inapropiada. Ya era tarde para intentar convencer. El producto genuino perdió calidad. Regurgitar arenques fermentados no era suficiente. Tenía que pagar el precio de su osadía. Las puertas se cerraron. Michaela alzó el vuelo en dirección a vientos menos huracanados, en su cabeza palpitaba ya la intención de deglutir su ira sin cagarse en todo. Con el pensamiento cautivado por la idea de ser de nuevo deseada, llegó a Montevideo, casi en un suspiro. Iluminada por los destellos del Río de la Plata en sus ojos verde aceituna. Decidió probar suerte. Por qué no, pensó. Pero la fortuna distaba mucho de ser una aliada. Uruguay no es nada guay si la alineación planetaria no está de tu lado. Ya se lo decía el horóscopo. No te guíes por impulsos o recibirás un golpe de los que te dejan tibia ¿Puede una gaviota entender las sutilezas de la humanidad? Se entregó sin miramientos a los encantos de un albatros marinero, enroscada en sus fuertes alas por aquello de paliar los brotes de dolor que aún bullían en su interior. La calidez poco habitual de aquel viril espécimen de ala robusta le hizo creer durante un segundo que estaba ante su salvador. Juan era su nombre. "El Gaviota" su apodo. Pero no era ningún héroe forjando su viaje iniciático. Era tan sólo un farsante, el equívoco reflejo en el que mirarse. No hicieron falta promesas vanas, ni ojitos encandilados, para tocar la tierra. El albatros obtuvo lo que necesitaba y se esfumó en una estela de mentiras tan doliente como el desengaño de haber quedado desplumada y humillada. Michaela lloró mirando el puerto. Las personas parecían no complicarse en exceso mientras cargaban aquel barco con cajas marcadas por un frágil mayúsculo. Como su corazón. como su aliento ¿Sería la vida más sencilla de lo que le parecía en ese momento? Alzar el vuelo era ahora un desafío. Continuará.

12 comentarios:

  1. Guauuuuuuuuuu!!! La historia es fenomenal! Me inclino ante tu imaginación, Mel. Es un flash! Y lo mejor es que continúa. Me han encantado los guiños que has pintado a lo largo del relato. Lograste bordar una pieza muy especial. Que se venga la segunda!!! Un abrazo desde el culo del mundo!!! ;-) Jajaja!!! Bueno, en realidad yo vivo un poco más cerca (Buenos Aires) Se te quiere, amigazo!

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  2. Bee... La gaviota tiene vida propia...jejeje... Igual en alguna ocasión sobrevoló tu cabeza... Quien sabe... Ahora está por aquí... Vamos a descubrirla juntos, Besotes amiga...

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  3. Absolutamente genial. No se qué otra cosa decir, Me ha gustado todo tanto... ¿Sabes que ando con planes de conocer Montevideo?

    Un abrazo

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    1. En serio??? Qué bueno... Quizás conozcas al albatros... Dale su escarmiento plis... Avisa cuando te vayas... Si tienes huequito....jejeje....Besotes.

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  4. Me ha venido a la memoria un fragmento de ¨Las Presidentas¨ de Werner Schwab y me ha encantado.

    Ese vieja granujilla viaja mucho, parece estar viva después de todo... Un abrazo y una bocanada de aire. Un día la tomé prestada de ella, hoy, te la regalo.

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  5. Las presidentas.... Gran pieza... Le da alas a mi imaginación... Yo quiero escribir así... Besotes.

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  6. Dan ganas de entrar en esa historia.
    Veremos como evoluciona.

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  7. Una historia de altos vuelos...jejeje.... Aquí estaremos para contarla Toro... Besotes.

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  8. jajaja muy bien aconseguida la primera parte del relato y aun más la segunda. Hasta las gaviotas sufren el mal de amores...ains, deseosa de seguir leyendo la continuación del relato.
    Un fuerte abrazo (soy la antigua Gaia)

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  9. Gaiaaaaaa!!!! Un beso enorme...ya ves las gaviotas son tan frágiles como nosotros y tropiezan de vez en cuando.... Tu otro blog ha desaparecido??? Mantenme informado... Besotes.

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  10. Veremos como continúa... Saludos Melvin

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    1. Señor Gincrispi... Cuánto tiempo!!!! Espero que todo vaya bien, se le echa de menos. Un abrazo.

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