jueves, 25 de octubre de 2012

POLSKA (UN PASEO POR SILESIA Y LA PEQUEÑA POLONIA)




Rendido quedo ante los encantos cegadores de esta tierra asediada por los pasos de la historia. Cautivado por las huellas imborrables del pasado, por esa indisoluble comunión de sus paisajes de ensueño y sus apacibles callejas. Basta respirar más allá de la sombra omnipresente de ese tal Wojtyla para entender que nos encontramos frente a un pueblo y una cultura que han sabido resurgir de sus propias cenizas. Y lo han hecho, cosa nada fácil, tras el asedio sufrido por soviéticos y alemanes y tras la consideración, de una Europa fragmentada que veía a este pueblo con malos ojos, de nación indigna e inferior. Pero nada más alejado de la realidad. A pesar del dramático precedente histórico, nos encontramos ante una nación confiada y abierta a la comunicación, sin aires de grandeza, ni falsas modestias. Una sociedad trabajadora y prudente con un empeño vital por salir del, aún latente, influjo comunista para encontrar su propia identidad, la arrebatada y vilipendiada por todos, casi sin excepción. Y cuando uno está con los pies caminado por sus valles, bosques, ríos o barrios, degustando sus pierogi o asumiendo su monumental trazado y sus espectaculares cumbres cae en la cuenta de que todo en ella es un descubrimiento digno de ser contemplado. Sobre todo si eres de esos que se deja enamorar por los lugares y sus gentes, con la mente abierta y los poros como filtros sensitivos que absorben ávidos toda la información. Con todo lo alejados que resultan sus hábitos, cultos y folklore, el clima resulta cercano, familiar, reconocible. Curioso, pero cierto. Esto me pasó también en Suecia, una de esas extrañas químicas que te hacen desear no sólo un pronto regreso, sino vivir  con sosiego el descubrimiento, sin prisas y sin ansias, al ritmo del propio devenir de los acontecimientos. Como en sus pequeñas iglesias góticas de madera, verdaderas joyas de la arquitectura, auspiciadas por el sello UNESCO en las que uno puede detenerse con el tiempo y vaciarse de pensamientos. 

Auschwitz es un tema a parte. No apto para personas muy sensibles, pero necesario testimonio el que allí se encierra, para no olvidar jamás que todos somos una raza susceptible de ser masacrada. Imponente silencio, impecable explicación del guía (Un tal Jareck) sin dramatismos pero con la afectación necesaria para humanizar el horror. Ahora sí, resulta imposible no revivir cada momento como si la propia piel, sintiera el halo del terror... En la distancia, pero tan, tan real. No olvidaré jamás esas tres horas de visita.


Wroclaw y sus canales, su colorida plaza del Mercado (Sólo la Grande Place de Bruselas me ha impresionado tanto) y un restaurante muy sencillo, pero rico, rico... De esos que recomendaría a alguien especial. Y el tiempo, que si acompaña intensifica las sensaciones positivas, porque no nos engañemos, Polonia con lluvia, debe ser terrible.


Cracovia...Uff... Ese barrio judío y ese cementerio... Qué puedo decir... La catedral, el Wawel, el Vístula, la vivacidad de sus calles. Dicen que es una de las ciudades más hermosas de Europa y no puedo más que corroborar esta afirmación tan arriesgada. Pero mientras hacía fotos, cual turista desbocado, sólo escuchaba en mi mente la maravillosa música de Schindler List del Señor John Williams... Y recordaba esa escena de la peli con la niñita del vestido rojo (Los pelos como escarpias) transitando sin rumbo mientras se desata el caos a su alrededor y nadie parece percatarse de su presencia. Que poder tienen algunas secuencias en la memoria... En fin, sigamos.




Y también están los Tatra, primos hermanos de Los Cárpatos, de una belleza poética e inspiradora. Los que nos deleitamos con la naturaleza, como es mi caso, sólo podemos sucumbir al pensamiento de caer rodando por uno de esos valles con su manto de verde improbable... Tengo que plantearme hacerlo alguna vez... ¿por qué no?                                    Pese a estar en proceso constante de desarrollo, construyéndose aún y recuperando su antiguo esplendor, Polonia tiene una conciencia ecológica que ya la quisieran muchos otros países (ejem, ejem, no quiero mirar a nadie). Los espacios naturales abundan (Posee 22 Parques Nacionales) y uno de los animales emblemáticos que representan el país es el bisonte, único en Europa (con focos de población en las fronteras con Bielorrusia y Ucrania) también hay poblaciones de Linces, lobos, Osos pardos y alces... Claro que con esos bosques...  Si yo fuera alce también me iría a pastar por allí, aquello son prados y lo demás tonterías.






Ahora eso sí, lo de las indicaciones en las carreteras, se lo tienen que mirar seriamente... Si sales de los ejes principales, puedes perder la paciencia. Incluso siendo guía profesional, con buen sentido de la orientación y un interés inusitado por la geografía... confieso que perdí los papeles, acabé claudicando y pidiendo sopitas en más de una ocasión. Si la República Checa fue el país del "no retorno", Polonia representa el terrible papel de "las indicaciones fantasmas" que giran, desaparecen, borran kilometraje o directamente te envían en la dirección contraria. Sinceramente esto es lo peor de Polonia. Eso y el alcohol. No es de extrañar cruzarte de noche por arcenes de carreteras secundarias, con borrachos zigzagueantes empinando el codo y desafiando a la gravedad y claro está, sin ningún tipo de iluminacióm...
Me quedo con sus pueblos (Zalipie, Tarnow, Swidnica...) y con sus castillos, con el amor por la tierra y el buen espíritu polaco, con los instantes irrepetibles y el sinfín de imágenes que he comprimido en estas que aquí os dejo... Espero que sean suficiente motivación para despertaros el gusanillo.


20 comentarios:

  1. Qué viaje, Melvin, inolvidable.

    Precisamente te leo mientras como comida polaca (versión vegetariana) que me enseñó mi amiga Goshka.
    Tu y yo unidos por la sutil tela de araña de lo incorpóreo.

    Este es un viaje que tengo pendiente (y Praga), ya me pasarás información.

    Besos mi querido Melvin

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  2. Mi siguiente post de viajes será sobre la República Checa y Eslovaquia... Bueno, yo tengo que volver a Polonia, así que, bueno, eso, que si quieres cogemos un Ryanair y nos plantamos allí en menos que canta un gallo...jejeje... Besiños, querida mía.

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    1. Ah no, querido... Yo ya aprendí a quererme, tu aprende en Ryanair que yo te mando bendiciones desde mi cómodo asiento en un avión más amable!!!

      :D :D :D

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    2. Pero Verónica mía, si viviremos la mayor de las aventuras. Juntos venceremos todos los obstáculos y si uno de los dos no puede continuar pronunciará la fatal frase que dice..."Yo ya no puedo...sigue sin mí..." Que no deja de tener su romanticismo jejejeje.... Bueno, vale, me voy en tu avión. Muaka y taka.

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    3. Serás cabrón!!! Jajajajaja

      Eres adorable...sigue sin mi!!!

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    4. No mi amor, de eso nada, y ahora es cuando yo digo eso de: "Hemos empezado esto juntos y por Dios que lo acabaremos juntos" Jajajajaja... Tú si que eres adoreibol... Seguro que te vendrías conmigo en Ryan... Me encanta.

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  3. Qué bien reflejado. A mí lo de la conciencia ecológica y lo de la naturaleza sin tocar me llama mucho.

    Vamos que me has dejado el gusanillo (abstenerse de interpretaciones jocosas) como si se hubiera dado un baño en café etíope, despierto y excitado.

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    1. Bueno, es una forma muy exótica de verlo. En cualquier caso la invitación queda abierta y el gusanillo llévatelo contigo que se lo pasará bien jejeje.... Besotes.

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  4. Conozco Cracovia a 200 bajo cero y no era menos hermosa. Mi viaje fué mas modesto, mas cortito pero me dejó también un inmejorable recuerdo. ¿Y esas iglesias a rebosar?...
    Estupendas fotos.
    Un abrazo

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  5. En realidad el mí ha sido súper modesto... Ya sabes combinado Ryanair, coche de alquiler y hostel... Para mí tiene más encanto así... Los resorts no son lo mío, ciertamente. Lo de las iglesias es una barbaridad, nunca había visto algo parecido... De ahí lo de "bajo la sombra de Wojtyla", está hasta en la sopa y lo adoran... Gracias por lo de las fotos, maestro. Besotes.

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  6. Melvin,
    sentida crónica,impecablemente escrita.Se desprende tu gusto por conocer lugares nuevos,dejándote envolver por sus paisajes,sus costumbres,sus gentes....
    Para mí,que un pueblo tenga conciencia ecológica dice mucho a su favor y en el tema de Auschwitz,sé que si pasara por allí,no olvidaría esa visita jamás,pero hay lugares que conviene mantener vivos en la memoria,porque como dice esa frase "quien olvida su pasado,está condenado a repetirlo"...
    Estupenda crónica,Melvin.
    Bsts

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    1. Gracias Troyana, viajar no es sólo una recompensa, sino uno de mis mayores placeres. Así que intento exprimir al máximo cada experiencia... Pero algunas marcan más que otras y, sin duda, Polonia es uno de esos lugares a los que volvería sin dudarlo. Viajando es cuando más entiendo y pongo en práctica aquello de que "en lo pequeño reside la grandeza"... Una vez estoy en otro lugar alucino con un árbol, el brillo del sol, la forma de hablar o el sabor de su cerveza y con eso...soy muy feliz. Un besote.

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  7. Este verano estuve a punto de ir...
    Tengo muchas ganas de conocerla.
    Quizás el verano que viene.

    Saludos.

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    1. Bueno no dudes en consultarme cualquier cosa si finalmente lo llevas a cabo... Un besote.

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  8. A ver si hoy puedo. Ayer no me dejaba este invento dejarte comentario alguno...

    Venía a contar lo siguiente: Polonia es un país al que, en un principio, nunca se me habría ocurrido ir, pero desde que un amigo fue por amor y volvió enamorado (del país), el gusanillo me picó. Ahora, además, al ver tu fantástica crónica y esas fotos, las ganas han aumentado. Eso sí, lo de Auschwitz no sé yo si lo soportaría...

    Besotes

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    1. Querido deWitt, me alegra haber sido estímulo. Ya verás si tienes ocasión de escaparte que el lugar merece la pena ciertamente y en cuanto a Auschwitz, si hubieras escuchado al guía que nos explicó todo con una narración casi poética y sin perder un ápice del dramatismo, seguro que no te lo pensabas. Es duro, pero creo es muy terapéutico también. Un besote.

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  9. No conozco Polonia, pero no descarto viajar algún día hasta allí para conocer aquel precioso lugar, sus costumbres y sus gentes.

    Has hecho una magnífica entrada con una bella exposición de imágenes, Melvin, y me he sentido más cerca de aquel lugar a través de esta entrada, y también me he quedado rendida a sus encantos desde mi mirada, todo gracias a ti.

    Un beso.

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  10. Querida María, me alegra saber que se ha despertado esa curiosidad por polonia y sus gentes. Tener una mirada abierta es síntoma no sólo de riqueza de espíritu, sino de una predisposición natural a seguir creciendo... ójala se cumpla tu deseo y me lo puedas contar algún día. Besotes.

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  11. Yo es que soy el bloguero envidioso que tiene poco mundo, y cuando me hacéis un post sobre un viaje a algún lugar impresionante por un lado tengo ganas de apuñalaros un poco la espalda y por otro lado de empujaros por un precipicio, como ves, todo buenas intenciones. La verdad es que me encantaría pasarme por un país que tuvo tanta importancia (a la vez que ninguna) en la Segunda Guerra Mundial, tema que me apasiona, y que seguramente disfrutaría como nadie. Otra cosa es ya Auschwitz, lugar que solo mencionarlo aterra y que algún día también visitaré, eso espero, cuando sea un bloguero de mundo.

    Bicos ricos

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    1. Pues con todo ese cúmulo de envidias sanísimas jejeje... No sólo te deseo que tengas pronto un viaje de esos que te de dejan colmado, sino que además sea a un lugar de los que siempre tienes en mente y "nunca es el momento", que es más o menos lo que me pasaba con Polonia.... Besotes.

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