jueves, 1 de noviembre de 2012

OTOÑO




Todo cae, el pelo, la vida, las hojas, la luz crepuscular. Se muda el ambiente y parece florecer un halo de melancolía, pero sólo lo parece. Subyace bajo el asfalto un grito sin eco, atrapado, de esos que pierden su fuerza tras el fulgor de las tormentas. Debe ser la voz inaudible de la rabia, aplacada por tantos y tantos sueños truncados o quizás sólo sea un quejido, el inconformismo encapsulado en una mueca de formas grotescas, una premonición o la simple aceptación de un tiempo nada luminoso. Quisiera un baño de luz, un masaje facial de micro-partículas activando cada célula adormecida. Pero la humedad ya acaricia la planta de mis pies, anuncio del frío que está por venir. Soy un ser estival; qué le voy a hacer. Ya me he congestionado, pero tampoco siento la clásica morriña que caracteriza a los días de tardes demasiado cortas y paseos en bici, entre la foresta. Me convierto, casi sin quererlo, en un ser de extrañas aficiones como un plantígrado en el declive de su vitalidad, a la caza de una cueva desocupada. Hoy quisiera ser oso y guarecerme en lo más profundo de una cavidad mullida y confortable, retorcerme en mi letargo y replegarme en mi mismo desafiando a esta musculatura mía tan poco acostumbrada a vivir en el límite de su quietud. La nube gris es demasiado espesa, los tonos ocres y rojizos son sólo una quimera a la que quiero asirme rotundamente, sin paliativos ¿Quién ha robado mi otoño? ¿Dónde quedan los instantes de plenitud y mirada perdida, adherida a un punto fijo y anclada en la abstracción del pensamiento? Siento el invierno galopante, sin tránsito, y un año más, me quedo sin Irati o sin Canadá. Pareciera que el otoño anhelado se refugia también en su propia burbuja, esperando para explotar de júbilo cuando los ciervos bramen de nuevo sin huir del fuego o del clamor de las escopetas. Mientras espero que suceda el acontecimiento fantástico, recojo una hoja seca del suelo, la estrujo entre mis manos y ni siquiera esta medida desesperada de invocación, hace que me inunde la luz ámbar de ese tiempo de mudanza. Tendré paciencia, todo llegará.




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18 comentarios:

  1. Hoy tu otoño se ha vestido con esa melancolía con que le plantan la metáfora algunos.
    Pero querido, toma mi mano.
    Te llevo al bosque del Círculo de las Hadas y danzaremos hasta reventarnos el interior.
    Quien sabe si no se conmoverán al vernos y te regalarán el polvo mítico que esparcen sus alas.
    Y luego me iré como la misma brisa te revolvió el alma dejándote una hoja ocre firmada.

    Besos mi querido Todo

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    1. No sé qué ha sido, siento que se ha volatilizado y no tiene nada que ver con la climatología (a pesar de que esta ande desbaratada) sino más bien con el desorden de mi alma, que últimamente no reposa mucho... Ciego de confianza me dejo llevar por ti a ese bosque... La fantasía obrará su pequeña pieza maestra y volveré más limpio, menos embotado...Seguro. Gracias por guiarme esta vez. Un besito enorme.

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  2. Melvin,
    todos pasamos por momentos de incertidumbre,de desazón otoñal y también creo que todos secretamente esperamos suceda ese acontecimiento fantástico,el que responde a cada uno de nuestros anhelos,y quien sabe si sucederá...la vida tiene sus tempos y su manera de obrar,ajena a nuestros reclamos y nuestra impaciencia,pero yo creo al fin y al cabo más sabia que nosotros..así que confiemos en ella,que ella sabrá...

    Un gran abrazo!

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    1. Ya ves querida Troyana que el espíritu se desconcierta en ocasiones, como la fauna y la flora en esta locura de los tiempos sin identidad. Yo quisiera recuperar antiguas sensaciones, pero como muy bien dice Sabina: "Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver..." Besotes.

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  3. El otoño aquí es viejo y está gastado.

    Saludos.

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    1. Su deterioro le lleva a ese estado fatal... Yo quiero que vuelvan los de antes, los de escapadas a la montaña y los domingos reinando en calma...Besotes.

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  4. Las dos estaciones sencillas de entender, invierno y verano, son las que solemos preferir, por eso mismo, por sencillas, porque dan lo que de ellas se esperan. Las otras dos son mutables, impredecibles, más interesantes si nos ponemos a demandar novedades, pero más convulsas.

    Yo también me considero medio lagarto y prefiero el calor en la piedra bajo un sol de agosto, que se me caliente la sangre, que bulla, que desprenda esos gases de ánimo que me hacen moverme con una energía que desconocía poseer.

    Aun así, tomar el otoño sólo como una transición, creo que es un error, porque en el deterioro bello de lo que nos rodea hay mensajes a los que debemos atender, como esta biebla que ahora se cuela en la casa que ventilo y que ha ocultado la ciudad, qué vendrá a decirme.

    Feliz hibernación.

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    1. Querido Argax, la hibernación forzosa no es deseada, como bien expongo y estoy contigo en que la complejidad de las "estaciones equinocciales" las hace más atractivas..No sé, mi sensación de contrariedad tiene más que ver con no reconocer el otoño vivido o soñado... Pero yo detesto los radicalismos y me desenvuelvo mejor entre fluctuaciones... Aunque soporto mejor el calor que el frío, te diré... Un besote con escalofrío incluido.

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  5. Otos otoños vendrán. ¿Nunca te fallo un verano? Yo he sufrido primaveras de lo mas canallas.
    Pero no puedo dejar de pensar en esa musculatura tuya tan poco dada a estarse quieta....Enfin, un abrazo.

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    1. Mis primaveras también han sido bastante más canallas que esta ausencia de otoño... Pero no me hago, no me hago... En cuanto a mi musculatura y su estado de relajación... en fin, eso... que me sorprende mi versatilidad jajajajaja... Besotes.

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  6. Hola, Melvin, me encantan las imágenes ¿son tuyas?

    El otoño es caída, lluvia, hojas secas, días grises, noches eternas, frío para el alma... es una estación que me transmite nostalgia.

    Con tu permiso me quedo descubriendo más entradas de tu blog.

    Saludo.

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    1. María, es una alegría recibir visitas inesperadas... Quédate que es calidez para este otoño desarropado. Las fotos son mías y de la tierra que me las ofrece y ahora también tuyas... Bienvenida.

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    2. Vuelvo, para quedarme... gracias por venir a mi blog, por dejarme un bello comentario, y por quedarte en él, un honor para mí, y yo no quiero perder tu huella, y me quedo en tu blog y te sigo.

      Melvin, me encantó descubrir tu bello rincón.

      Un beso.

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    3. Suben los colores y el pudor inevitable cuando unas palabras despiertan esa intimidad hermosa de querer compartir. Gracias.

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  7. Melvin!!! es Noviembre, venga como venga nos encoje el alma: pero pasara,... yo me he recluido ami cueva para acurrucarme debajo de mi manta suave, para dejarme querer y dedicarme solo a amr a los amores seguros, porque ahi fuera en noviembre,... todo es comopoco confuso, El ambiente huele a rancio, la gente se tira por la ventana desesperada y la desesperacion se contagia...
    Busquemos pequeños moomentos de otoño,...intimos y entre susurros... te espero, te anhelo , ... ESTOY AQUI SIEMPRE

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    1. Jo, qué necesario se hace ese letargo, entregarse a la intimidad de cualquier refugio, perseguir el cuidado del alma y no perderse en sueños improductivos sino en el deleite que otorgan afectos y luces... No es tristeza lo que siento, es desazón, tedio, tal vez desconfianza... Pero me aferro a esos amores seguros que citas. SIEMPRE, eso me da paz. Besitos.

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  8. A todos nos encanta el otoño, no sé por qué, que es bastante odioso en general y se distingue muy poco del invierno. Pero bueno, a mi lo que me gusta del otoño es que pronto, con el paso de los dias, llega de nuevo la primavera, y con ella el verano.

    Bicos Ricos

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  9. Pimpf. Pues a mi lo que me gusta es disfrutarlo en su plenitud... Y quizás lo que me molesta de este que nos llega es que lo noto sin sustancia... Lo cual me devuelve a mi la pelota de la responsabilidad perceptiva... Es mi sensación la que filtra este otoño tan desolado. Sniff... Besotes.

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