lunes, 30 de septiembre de 2013

LA CABEZA DEL CONEJO

                          


                           Persiguiendo un par de conejos
                       mi padre gritó desde lejos
                       ¡Aquí hay uno!
                       Y con gesto iracundo
                       y el rifle en el hombro,
                       disparó para mi asombro
                       a una coneja preñada.
                       Acción disparatada
                       de un matarife experto.
                       Y es bien cierto
                       que la coneja había muerto.
                       Tenía un ojo fuera                                                        
                       Y el otro medio tuerto.
                       Papá celebró la fechoría
                       Con alborozo y alegría,
                       sacó el cuchillo
                       hincando el filo
                       en su piel mancillada
                       y horadada por el cartucho.
                       Me cuesta mucho contarles esto,
                       pero es lo que yo vi
                       y aunque detesto entrar en detalles
                       Más vale que no me calle
                       y que todo el mundo sepa
                       el final de la coneja.
                       Revuelto de sesos,
                       papilla de huesos,
                       la sangre que inunda
                       paredes y suelo.
                       Filete de carne
                       cortado en cien partes.
                       Detritus, pellejos,
                       un nervio pendejo,
                       hígado, dientes,
                       pelos, riñones,
                       corazón palpitante
                       y esas manos sangrantes.
                       El feto que llora
                       ¡ha llegado la hora!

                       Un guiso en salmorejo

                       Y la cabeza del conejo.

          

14 comentarios:

  1. No sé cual sería la intención pero me sentí especie conejo, me hiciste ver en poesía la crueldad que llegó a mi tierra y la convirtió en la ciudad más violenta.

    un saludo Melvin

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    1. Ame mi intención es revolver conciencias desde la manifiesta inocencia de las palabras... No soporto la gratuidad de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones... Besotes enormes.

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  2. Me has dejado muda, Mel. Esta partecita:
    "...disparó para mi asombro
    a una coneja preñada.
    Acción disparatada
    de un matarife experto".
    Me espantan y cabrean los seres que sabiendo de antemano el daño que harán, aún lo hacen. Me saca de quicio.
    Imposible quedar ajeno a este texto.
    Abrazo enorme, amigo querido!

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  3. Pues sí querida Bee, lamentablemente el orden de la naturaleza y la vida se ve alterado con demasiada frecuencia... Y dicho por una joven borderline impregnada de esa pueril inocencia que confiere la falta de conocimiento entre lo que es bueno y lo que es malo... Resulta más terrible todavía... Así sucede en Pandemia... Un montaje que escribí y dirijí hace dos años... Besitos guapa.

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  4. Hay algo cómico en las palabras que hace el poema mas terrible si cabe.Eestupendo.
    Por lo demás nunca podré entender la muerte de otro ser como una diversión.

    Un abrazo

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  5. Si, resulta estremecedor escuchar ese texto mientras se recita con una sonrisa sin pervertir... Los que matan por diversión son psicópatas... Así te lo digo...Besotes.

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  6. Siempre me ha dado ver emplantado a este simpático animal, ahora más.

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  7. Da tanta grima... Y conecta con cosas tan feas... Como los animales disecados...horror! No puedo con eso.... Besotes.

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  8. Recuerdo en el pueblo ver a mi tío como mataba los conejos arreándoles con los nudillos en la nuca, joderrrrrrrrrr no se me borrará esa imagen jamás.

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    1. Uff... Qué imagen más terrible... No me extraña que se haya quedado como algo que te ha marcado por los restos... Besotes.

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  9. Hola, amigo Melvin:

    ¡Pero si he perdido el tren en tu blog! ¡madre mía, qué despiste! si hacía tiempo que no te visitaba, no me lo perdono, de verdad, mil disculpas por haber tenido tu blog abandonado, lo siennntoooo de verdad.

    La verdad es que es triste que para divertirse algunas personas tengan que sacrificarse a los animales, no sólo pasa en ésta práctica, también con otro tipo de animales, como los toros.

    Me ha encantado la poesía, amiga Melvin.

    Un besazo.

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  10. María, los trenes aquí no se pierden...y menos los míos que son de largo trayecto pero paran en todos los pueblos...jajaja... Quédate cuánto y cuando quieras... Un besote...

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