lunes, 13 de mayo de 2013

STOCKHOLM





LIV: ¿Por qué? (Sven ni se inmuta. Después de un silencio) ¿por qué? No lo entiendo (Sven se hurga en un diente) ¿quién es ella? (Sven mira a un punto fijo) ¿y dónde la has encontrado? (Sven suspira profundamente) ¡Habla! No te quedes callado ¿Ha sido como conmigo? No lo creo, parece delicada (Sven bebe un trago prolongado de su cerveza y luego entrelaza sus dedos) No hay lugar para princesas en los tugurios ¿por qué la has traído aquí, no tienes suficiente con una sola, eh? (Sven resopla, silencio) Deben resultarte atractivas las noches de tormenta. Parece que el ritual se repite una y otra vez (Pausa) Hoy es como aquella noche, aquella en la que decidiste que yo no merecía una vida al uso, esa vida inestable e inapropiada, pero mía al fin y al cabo. Así se inicia todo, puedo reconocer sus huellas en mí. Una puerta abierta a la caza, el instinto despierto, las manos candentes, el vacío asolando las entrañas. No hace falta mucho más ¿verdad? Bueno, sí, claro… la humedad y el frío son activos inmejorables para anestesiar a la presa, el remate final, ese eslabón con el que la mayoría no cuenta. La climatología siempre adversa, porque mira que en esta ciudad hace frío, joder. Las personas perdemos algo de raíces cuando el suelo es deslizante, algo de alma cuando falta la calidez habitual y toda la perspectiva si los pies se convierten en una extensión del eterno manto blanco. Aletargados, con las ideas tan congeladas como la planta de los pies, somos igual que el animal herido que procura disimular su flaqueza caminando a la desesperada y escapando de una amenaza aún sin definir. No nos diferenciamos tanto de los animales, es un hecho. Si nuestra debilidad llega a hacernos reconocibles en la distancia, resultamos un primer plato exquisito y un blanco llamativo entre la nieve, difícil esconderse, estamos expuestos como el antílope al león o el… ¿cómo coño se llamaba el bicho ese?
SVEN: ¡El ñú!
LIV: Eso, como el maldito ñu que cruza un estúpido río perdido en la sabana para ser pasto de los cocodrilos… Su destino es conocido por todos los que observamos la tragedia. Despierta nuestra compasión, pero no estimula nuestra reacción. Qué fácil resulta así, con barrera, con distancia, sin comprometerse… Pero la cruzada es inevitable. Todo está escrito ya y todo sucede como se espera que suceda. El ñu que se aparta un centímetro de la manada cae. Crujiente bocado entre colmillos y coletazos, torsiones y escamas… Así es también como caen quienes piensan que están en el lugar y momento apropiados, un pensamiento fugaz y desesperado para no caer vencidos ante los propios temores. Como los ñus frente a los cocodrilos, capaces de reconocer la respiración del predador, guiados por su instinto, podrían incluso alterar ligeramente la dirección de su trazado, darse la vuelta y salir huyendo, sin embargo… no se apartan del rumbo definido… como haría cualquier humano, como yo aquella noche, como ella hace unas horas…la confusión va por dentro, la lluvia mortifica y el hielo paraliza los huesos. Resistencia cero, el cuerpo jamás responde. Es tan fácil privar de aliento a quien está tiritando, un golpe seco, un susto seco, el residuo de una mirada sin vida bajo la luz de una farola a la que ni siquiera se estima, porque tampoco se estima esa calle sin tránsito, ni el silencio imperturbable de la ciudad durmiente. Porque el problema de todo es que no se estima nada ¿Se puede vivir sin estimar nada ni a nadie? ¿Cuál es la razón de que el mundo duerma cuando se le necesita? (pausa) Yo planeaba escaparme de casa aquella noche, buscaba motivos para convencerme de lo contrario y tú, en algún recóndito lugar de tu subconsciente, lo sabías… lo sabías y acudiste a mi llamada, tu sombra se ocupó de ocultar la única luz que me daba luz, el único destello que hubiera permitido rectificar mis pasos a tiempo, guiarme entre todos esos cocodrilos predadores sueltos en mi cabeza… Hoy es una de esas noches y sigo sin comprender por qué me elegiste y mucho menos por qué la has traído a ella…



           Fragmento de la pieza Stockholm. 2013


18 comentarios:

  1. Tremendo texto, Mel! Este es el misterio de la escritura, te puede contar la historia más atroz de una manera lírica y no por ello, el lector deja de percibir la crueldad que sobrevuela todo el fragmento. Con respecto al tema, pienso que el lazo patológico que se establece entre la víctima y el victimario es endiabladamente fuerte. Muchas carencias, muchas perversiones, demasiada desidia por parte de la comunidad... Factores que cuando confluyen suelen culminar con casos que se reproducen en todo el mundo. Insisto, tiempos difíciles estamos transitando.
    Un gustazo pasar por aquí, mi amigo!
    P/D: Te tomo la palabra! Me encantaría conocer Valencia! :-)

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    1. Efectivamente, la literatura nos permite ahondar en la parte humana del monstruo, esa que en las noticias desaparece bajo el asedio mediático y victimista que sólo busca ajusticiamiento, venganza y sangre. Cada monstruo arrastra su particular tragedia y el lirismo de las palabras nos permite entrar en la historia sin juicios, como muy bien dices querida Bee. Por cierto, mi invitación es formal querida amiga, si vienes a España, tienes parada en Valencia. Un besote.

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  2. Me ha gustado esta historia.

    Un abrazo chico !!.

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    1. Me alegra saberlo Celso. Un besote, gracias por ser tan fiel y por tu apoyo.

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  3. No hay nada mas aterrador que el ser humano. Cuántas cosas se adivinan este texto tan corto y tan rico.
    ¿No crees que los secuestradores cuentan, aunque sea en su subsconciente, con el síndrome de Estocolmo?

    Un abrazo

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    1. Querido Uno, ese es precisamente el punto de partida de esta pieza... No sólo lo creo, apuesto a que es así...Crear esas dependencias emocionales fruto de la perversión... No deja de ser una búsqueda de lo afectivo, distorsionado, eso sí. Un besote.

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  4. Yo sólo veo monstruos.
    De todo tipo.
    No me fío de nadie.

    Saludos.

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  5. Lo cierto es ue si miras fijamente a tu alrededor... Da miedo...pero que no nos paralice, Toro. Un besote.

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  6. La unica cosa que dice el depredador en todo el relato es "el ñu". Lo dice a una pregunta de Liv que no es la única, pero es la única que contesta. Para el depredador no hay razones, solo presas.

    Saludos Melvin.

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  7. Y si existen las razones, es porque tejen el complicado entramado de sus entrañas.... Pero es incapaz de mostrarlo, por eso es un predador... Me gustó tu observación amigo Jaal. Besotes.

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  8. No hay nada mejor que una buena conversacion.
    Me alegro de ir podiendo contactar con todos vosotros. Estoy intentando volver a Wojkowice.
    un abrazo,

    Romek

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    1. Las conversaciones o su ausencia son el pilar de la tragicomedia de la vida.... Qué bueno que volviste.... Besotes.

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  9. Melvin me ha gustado la conversación del texto, incluso he ido imaginando cuando lo ibas contando, los gestos que iba poniendo Sven, muy entretenida esta conversación.

    Un beso.

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    1. Gracias María, en realidad es casi un monólogo, si exceptuamos la palabra Ñú que dice Sven, sólo habla Liv... Besitos, espero que estés mejor.

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  10. me ha encantado tu blog
    Gracias por pasar por recomenzar
    un abrazo desde Miami

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  11. Para recomenzar siempre se está a tiempo...Un besote desde Valencia. Te leo....

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  12. Hola Melvin, como estas? Es un placer que sigas por aqui y pueda volver a contactar contigo.
    Despues de una larga ausencia, he regresado, pero mi blog no funciona bien y me he trasladado a otro en wordpress. Mi direccion es http://romekdubczek.wordpress.com
    espero verte por ahi :) un abrazo,

    Romek

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