Sonámbula de día, persiguiendo luces de neón que parpadean en los supermercados, comprando etiquetas, imágenes que me tientan a medias y algún comentario soez que cae de pleno en mi cabeza desde la estantería del lavavajillas. Pago con un cheque sin fondos y la cajera busca en el fondo de sus entrañas un motivo para no despreciar mi abrigo de siempre. Tropiezo con el rostro desencajado de un coche a la deriva y pienso que el paso de cebra es un cementerio de tumbas blancas y negras. Me quedo con la blanca. Soy una niña pequeña saltando en la tecla blanca de un piano, en la blanca no hay precipicio… Pero en ella sigo siendo un punto negro. Me llamo estúpida por insinuarme sin gusto a un hombre que he visto ninguna vez en mi vida, no soporto esta debilidad que llevo a cuestas. Llego a mi calle melancolía donde las sonrisas están codificadas y sólo se comunican los que tienen algo que llorar. Yo prefiero llamarla calle de los lamentos, porque parece más alegre. Tropiezo con el escalón, ese bendito escalón que me sangra el pie siempre que nos vemos y que me hará sentir viva por primera y última vez en el día de hoy. Abro la puerta y los gatos se apelotonan con su egoísmo habitual a mi alrededor y yo soy la misma ingenua que piensa que buscan algo distinto a una lata de conservas. Dejo una bolsa en cada rincón de la casa. Me precipito a la ventana de la esperanza, que está justo al otro lado de la calle melancolía, esa que yo llamo calle de los lamentos y con mis manos apoyadas en la cortina, sin atreverme a descorrerla, veo la gente pasar y pienso que mañana… Tal vez mañana, sea diferente.
"mañana será otro día" siempre....
ResponderEliminarMuy bonito y tremendo a la vez!
Felicidades!
Me asfixio, Melvin, porque ese estado y esas calles son conocidas y las temo porque arrastran a lo más profundo de la apatía y el desencanto. Mañana será otro día si así lo decidimos... mejor que lo sea ahora.
ResponderEliminarBesos yabadú
La melancolía crea adicción, como diría Amaral...
ResponderEliminarBesos.
La soledad no deseada es una rutina agobiante que nos corta la respiración y nos aplasta poco a poco. Y buscar sustitutivos de la compañía sólo nos lleva a ser más conscientes de lo que carecemos. La vida puede ser muy triste sin afectos.
ResponderEliminarUn beso (con mi cariño)
deWitt: que nos quede el mañana siempre... Bajo cualquier circunstancia. Un abrazo amigo, ahora me paso a confesar... A ver que me cuentas.
ResponderEliminarANANDA: Para los que, hoy por hoy, podemos elegir...es ciertamente un respiro. Pero, cada día que pasa veo más gente muerta en vida. Me asusta. Lo retrato, pero es porque me asusta. Un besiku wapa.
ResponderEliminarCHRISTIAN: Crea adicción y es como cualquier perversión. Una vez te enchufas a su energía te consumes en la ensoñación de un cambio que no llegará nunca. Un besote.
ResponderEliminarSólo cuando alguna vez sientes los mecanismos internos que te alejan del ser social, sólo cuando te desconectas... Aprendes que es el afecto y lo que supone su perdida. Como una nueva conciencia inolvidable... Cojo el cariño, que estoy mimoso. Un besete.
ResponderEliminarPARMENIO: El último comentario era para ti Parmenio.
ResponderEliminarhermosas y duras confesiones, un placer leerte
ResponderEliminarSALVADOR NAVARRO: Las palabras del ser humano que no alcanza la transgresión, ni siquiera en su pequeña parcela. Triste, pero real querido amigo. Gracias por pasarte. Un abrazo.
ResponderEliminarque bonito! un beso
ResponderEliminarPuede que mañana leamos otro texto brillante, pero será un día menos para escribir aunque sea un placer leerte. La melancolía debe ser un peso adicional al de la propia vida, nunca la vida misma. Hay tanto fuera además de nosotros...me ha encantado. Qué bien escribes chaval! Un abrazo
ResponderEliminarXANA: Gracias cariño. Que bien verlo desde la distancia ¿no?
ResponderEliminarAREZBRA: Viniendo de mi poeta bloggero favorito, es todo un piropo. Gracias amigo. Sí, los estados melancólicos son la quintaesencia de la soledad. Que difícil resulta descorrer cualquier capa de la cebolla. Un abrazo y un beso adicional.
ResponderEliminarLo podría cantar Sabina.
ResponderEliminarExcelente.
Saludos.
TORO SALVAJE: Pues me encantaría, la verdad. Lo admiro más como poeta que como cantante... Pero sus letras son maravillosas, de ahí mi pequeño homenaje. Peces de ciudad. Hummm, qué delicia... Todavía me emociona. Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha recordado mucho a Sira y a su descripción tras un cristal, no se porque la veo así (y no es por la foto, eso seguro). Muy bonito Isma pero muy agrio también, difícil de digerir. Me encanta!
ResponderEliminarperdón, no me referia a Sira, me referia al personaje de Luz. El texto de un mundo paralelo :)
ResponderEliminarPAULA: Es uno de los textos de Apoc.6. Sí, la distancia prudencial de ver sin comprometerse... Algo tan esencialmente humano... Y sale de la misma cabecita...Jajaja... Seguramente ese personaje exista en mi y tenga mi cara. Un besote.
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