El judío está lavándose en un barreño de
escasa amplitud. Se encuentra a solas en una habitación oscura y húmeda. El
agua está fría y tararea una canción. Se muestra ausente, su cadencia le
delata.
MIJA:
Quiero ser el niño que un día se encuentra con su sombra; el mismo que hace
creer a todos que está loco pero que, en el máximo exponente de la cordura, se
protege del peligro de implicarse con sus propias emociones. Quiero despertar
siendo ese niño que inventa un amigo, un inocente y dócil acompañante que en
nada contraría, que siempre hace por escuchar y que nunca desaparece del todo.
Ahora mismo estaría aguantando vómitos y tormentas sin importarle lo más
mínimo, sin dolor ni reproches. Su rostro no se sentiría incómodo al sentir
palabras de desaliento, yo lo notaría sólo con verlo. Nos tocaríamos sin
tocarnos, nos amaríamos en cada anochecer como dos amigos que necesitan
experimentar con sus cuerpos. Jugaría con él a crear formas del todo imposibles
y nos reiríamos de las batallas perdidas, ayudados por la composición de un
elefante con dos trompas. Dibujando figuras en el vacío, dejaría de pensar que
me siento así. Vacío. Siempre pensé que la vida sería algo diferente a una
tortura. No es que respire compasión, es que pienso que el sentido de mis días
ha sido lapidado y sepultado bajo los escombros de una casa en ruinas. Una vez
rota y desvencijada, todo es silencio. Perezco lentamente invadido por
inevitables preguntas. Pienso que allí, en ese contenedor de deshechos que es
el alma, nadie buscará objetos perdidos, recuerdos, maletas, ropas que no hayan
sido dañadas. Era vieja y ya no estaba habitada, dirán. Después de un rato
asomaré la vista entre dos vigas de madera. Nadie en el horizonte. Sencillamente
se habrán marchado todos. Ninguna nota bajo el felpudo. No han querido saber,
no han indagado las causas, hay cosas más importantes que una casa en ruinas. Y
yo me pregunto ¿Cómo puede un ave Fénix resurgir de sus cenizas cuando no
existe la motivación vital? Soy un punto y a parte, en la historia, en mi
historia. Construirme a mi mismo es un deseo que nace y muere en mí y esa es
demasiada carga para un niño grande sin sombra. Quiero cerrar los ojos un
instante, encontrar una sola idea que me aleje del deseo de permanecer
escondido en la desidia. Los hombres deben construir su destino ¿Pero qué pasa
si el destino ha sido alterado sin contemplaciones? ¿Cómo puedo ser hombre, si
me han hecho sentir residuo? ¿Cómo abandono al niño herido si el hombre no ha
podido vivir su tiempo? ¿Qué hago cuando la ausencia quiera abrazarme?
Fragmento de "La joven del Vístula". Enero 2.011.
De un niño sin infancia puede brotar un adulto sin madurez. Tendrá que tomar un nuevo camino.
ResponderEliminarSaludos, Melvin.
Buena solución, aunque el pobre Mija está un poco desubicado tras su paso por un campo de concentración... reconstruirse y encontrar caminos luminosos se me antojan tareas complicadas... Pero nunca imposibles. Un abrazo amigo Gincrispi.
EliminarSin llegar a esa intensidad, que imagino fruto de unas especiales circunstancias, a veces nos falta el aliento para seguir. Pero yo creo que si no queremos engañarnos debemos buscar la salida en nosotros mismos, por duro que parezca en algunos momentos. Que esencialmente estamos solos, vamos.
ResponderEliminarEstos textos tuyos me hacen pensar en unas cosas...
Un abrazo
Que estamos solos es una certeza... y que sin enfrentarnos a nosotros mismos no hay crecimiento es una gran verdad... Como diría Primo Levi... Si esto es un hombre... Besotes... y espero que pensar te siga trayendo aquí.
EliminarExiste algo tan desesperante como la infancia robada? Algo tan maquiavélico como robarle al ser humano el principio de su libertad? De su capacidad de jugar, creer, soñar, crecer? Quitarle todo y dejarle muerto de hambre, y no solamente hambre físico, hambre de vivir. Hambre de dignidad. Hambre de honor. Hambre de ilusión...
ResponderEliminarLos pedazos rotos serán capaces de construir un nuevo hombre? Habrá podido resguardar -protegida bajo 7 llaves- la llama de ese Fénix que le permita resurgir, tal vez herido, tal vez que con la suficiente fuerza como para al fin comenzar a andar. Voto por ello. Me voy pensando, Mel... Y te lo agradezco. Textos como estos se deben agradecer. Por tu sensibilidad, por tu claridad meridiana, por todo eso: Te abrazo y te dejo todo mi cariño, bello amigo!
Mija... verá la luz a sus enigmas el 1 de febrero... Yo seré Mija. Un mundo que se abre y se expande ante mi...Investigación y preguntas...tantas preguntas... Gracias por seguir esos pasos y creer en su redención. Besotes siempre cálidos y reconfortantes querida amiga.
ResponderEliminaray que hermoso que hago cuando la ausencia quiere abrazrme?
ResponderEliminarno hagas nada simplemnte escúchate
un beso
Seguro...eso es lo único que nos reconcilia con nosotros... Recoger lo que susurra el interior y saber entender sus significados... Besotes querida...
EliminarEsa foto se me ha clavado.
ResponderEliminar4 arponazos en el corazón.
Besos.
Inevitable reacción la de sucumbir ante la atrocidad humana retratada en el cuerpo de un niño... Cuántos Mijas hay por ahí... Besotes.
EliminarMija, eixe xiquet de constant negació de l'adult que es pregunta perquè no troba respostes sense adonar-se que quan naix altra qüestió aquesta ja contesta a l'anterior, d'ahí la seua inocència d'infant. Bé. Qualsevol instant que fa plantejar-nos qui som, com som i perquè estem ací, sense l'enutjosa necessitat d'obtenir resposta, ja fa que el nostre sentit de l'existència tinga algún sentit de persistència i puguem viure, que no és poc… De tant en tant ens invadeix la idea de no estar al lloc que pertoca, i es que hem de pertànyer al lloc on hem nascut, hem de ser fills dels nostres pares i germans dels nostres germans, també hem de caminar amb els peus que s'han col·locat al nostre cos. Malgrat ser ferms en la fugida d'aquesta realitat seguim caminant i caminem, ja ho crec que caminem! No hem de sucumbir al que s'espera de nosaltres perquè, el que s'espera de nosaltres, és el que cadascú espera d'ell mateix. Bon camí Mija!
ResponderEliminarAmén... A Mija sólo le queda entender en qué le enriquece esa experiencia. Algo que sólo valorará, si lo hace, con el paso de los años. Besotes querida.
ResponderEliminar