Bueno, soy consciente de que me entrego muy poco a poco, que cuando hablo de mí, utilizo los subterfugios de la poesía, que mi lenguaje es descriptivo y un tanto abigarrado, que hablo poco de mi vida personal, al menos con claridad... Sigo siendo de esos que prefieren sugerir a decir... Sin embargo vengo dispuesto, en esta ocasión, a desnudarme plenamente.
Vengo a hablaros de unas vacaciones relajadas que me han permitido abandonarme al noble arte de respirar... decir eso sería inexacto, inapropiado y demasiado práctico... Vengo a hablaros de "mi lugar en el mundo" que como bien predijo un tal Aristarain existe y está escrito en alguna parte y uno sabe cuando existe porque es capaz de sentirlo.
La mejor y más rica herencia de mi madre ha sido precisamente este legado tan vinculado a su tierra natal, en el corazón de Francia. Un paraíso rural poco transitado, lleno de magia y atardeceres, de noches estrelladas y naturaleza salvaje, de lagos, ríos, castillos, iglesias románicas y campos de cultivos, bosques frondosos y caminos... de esos en los que apetece perderse.
Pero en lo idílico de este reencuentro con la tierra y las gentes, subyace una pena...una herida abierta, un sueño recurrente que debía acallar. Os explico. La antigua granja de mis abuelos se ha puesto en venta... Podría entrar a desmenuzar las razones que han llevado a sus hijos a hacerlo, pero ya no quiero..siento que se pervierte algo puro para mí.
Yo sólo fui a despedirme, a enfrentarme a mis fantasmas, a cerrar un capítulo, de esos que uno jamás pensó escribir pero que son necesarios para iniciar un proceso de crecimiento en otra dirección. Cuando crucé el umbral de la puerta, entré en un mundo onírico, suspendido en el tiempo, donde el reino imperante de los sentidos surgió desde los poros de mi piel...
La casa estaba vacía de muebles, pero viva y despierta como nunca en mi imaginario. Todavía quedaban objetos diseminados a lo largo de los armarios empotrados de la casa. Olía a café y a desayuno, sonaba esa radio de éxitos de todos los tiempos que solía despertarme en el pasado, como una dulce melodía... el batir ansioso de alguna avispa revoloteando alrededor de la mermelada de fresa... el sonido de los neumáticos del coche del cartero con tres cartas para el joven y ajetreado nieto en vías de comunicación con sus corresponsales del mundo. Ya entonces le apasionaba escribir.
Y también estaban ellos, los de los cuerpos cansados y las sonrisas perennes, especulando sobre el tiempo, el campo, los animales, la vida. El leve crujir del parqué y la ventana con vistas al jardín en la que tantas veces asomé mi silencio y observé crepúsculos. Las estrellas más brillantes que nunca vi y la orquesta sinfónica de grillos que acostumbraban a adormecerme incluso cuando algo no iba bien... Y las fotos antiguas, donde aparecía mellado y con un lamparón en esa camiseta que vivió las mieles del éxito en los 80, mis hermanos aún cercanos y entrañables, las fiestas familiares, cada nuevo miembro, cada despedida...
En definitiva...yo, reconociéndome en cada pequeña percepción de vida, recogiendo la energía de las paredes, la presencia de mis abuelos y cada uno de los pasos dados en ese suelo ¿Cómo puede un lugar que se aleja tener tanta fuerza? ¿cómo pueden los recuerdos reavivar con una intensidad tal las vivencias del pasado? En definitiva ¿Es posible que el amor hacia las cosas sea el vehículo más directo de amor hacia los seres?
Me despedí de todas las cosas y de todos los seres, las vehementes exclamaciones que proferí en el pasado por miedo a perder ese nexo...permanecieron en paz, no sin dolor. Pero acepté, simplemente acepté. Liberé ese sentido de propiedad inconsciente, para regresar un día, aunque mi lugar en el mundo ya no sea el que me dieron, sino el que yo construya. Atrás quedaron muchas cosas, no sólo los restos de un Peter Pan agotado de tanto uso, también cada uno de los instantes de sufrimiento que enturbian esta calma que ahora porto. Suenan... Brel, Montand y Piaf en mi cabeza...
Así ha sido, me llevé algún que otro objeto con fuerte carga sentimental, porque, a parte de ser diógenes soy un nostálgico empedernido...Lo tengo todo. Mi balance del año, ese que suelo hacer allí cada vez que tengo ocasión, se ha ejecutado calladamente, respetando mis emociones algo agitadas y respirando la tierra y sintiendo a las personas queridas con sus pequeñas miserias...A veces hasta en eso es bueno tomar distancia y dejar que las cosas simplemente sucedan. Os dejo...
CON MI LUGAR EN EL MUNDO...
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No hay nada mejor que un sitio tranquilo para disfrutar de unos días de relax.
ResponderEliminarUn abrazo niño !!.
Cuánta razón tienes Celso... Y qué difícil volver a la normalidad después de tanta calma... Besotes.
EliminarAyyyy, nene!!! Fue como estar allí, andando po esas tierras, olfateando esos perfumes, sintiendo el sol en el cuerpo y viendo las estrellas brillando en el cielo zaul oscuro. Y respirando profundo y sacando fotos nuevas con la mente y comparalas con las viejas. Y darse cuenta que nada es como entonces pero que al mismo tiempo, los recuerdos están allí, al alcance de la mano.
ResponderEliminarCanta Luz Casal:
"Cuando la pena cae sobre mí
el mundo deja ya de existir,
miro hacia atrás y busco
entre mis recuerdos
Para encontrar la niña que fui
y algo de todo lo que perdí
miro hacia atrás y busco
entre mis recuerdos
Sueño con noches brillantes al borde
de un mar de aguas claras y puras
y un aire cubierto de azahar.
Cada momento era especial
días sin prisas, tardes de paz,
miro hacia atrás y busco
entre mis recuerdos.
Yo quisiera volver a encontrar la pureza
nostalgia de tanta inocencia
que tan poco tiempo duró.
Con el veneno sobre mi piel
frente a las sombras de la pared
miro hacia atrás y busco
entre mis recuerdos,
vuelvo hacia atrás y busco
entre mis recuerdos.
Y si las lágrimas vuelven
ellas me harán más fuerte"
Un abrazo enorme, amazing friend!
Bee!!!! Tienes ese don de colocarte en otras pieles...de alguna forma actriz, intérprete de otras vidas...Tú si que eres amazing!!! Que sepas que Luz Casal es alguien muy respetada en mi casa...por su voz, por su energía y su forma particular de decir... "Entre mis recuerdos! Ufff... se ajusta tanto a mis sentimientos... Y eso que cuentas de las fotos, es un hábito que tengo...retener los cambios del espacio y el tiempo en una imagen... Cuánto entiendes sabia amiga...y cuánto me entiendes....Besos mil.
EliminarDouce France....Tu oyes a Brel y a Piaf y yo te leo y escucho a Trenet.
ResponderEliminarEstupendo texto, fantásticas las fotos: esas vacas, esas siluetas, ese cruce de caminos...Y la bici, tan Francia rural. Deberían multar al ciclista por no llevar boina.
Je t´embrasse.
Merci pour ces petits mots...Sé que amas a Francia, lo transmiten tus palabras cálidas y cercanas... siempre destilando una cierta nostalgia, admiración....afecto en definitiva... Je t'embrasse mon cher ami.
EliminarCon textos como éste se demuestra la grandeza de la literatura, Melvin. Nos has secuestrado, hemos vivido tu infancia y te queremos más.
ResponderEliminarConsiguió usted que sonrrojara señor Salvatore, me emociona mucho haber llegado a transmitirle cosas así de hermosas. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMelvin,
ResponderEliminarun texto muy hermoso y nostálgico,rebosante de emociones que vienen de la mitificada y no por ello,menos pura infancia.
Supongo que algún maestro zen diría que el secreto está en aprender a desprenderse,cómo si fuera fácil,y sin embargo,no hay más salida,pues la vida es cambio,y hemos de estar siempre fluyendo y adaptándonos en un sinfín de turbulencias.
Aún con todo,yo pienso que somos lo que somos también por nuestros recuerdos,lo vivido es lo que nos da identidad,así que tu memoria va contigo,por mucho que a menudo sea engañosa o desaparezcan las cosas materiales.
Quien sabe,quizá más adelante,en ese mismo escenario,puedas empezar a construir nuevos recuerdos:)
Un abrazo!
Troyana, amiga, cuánta razón tienes en todo lo que tan bien expones... En teoría es sencillo... Cerrar capítulos, fomentar el desarrollo, abandonar lo que nos inmoviliza... Pero las emociones o incluso la psique... No entienden de fórmulas, necesitan su tiempo para aceptar...Al menos, mi niño interior está en paz.... Besotes.
EliminarAys! Estas cosas duelen. No sé si, como dice la canción, es cierto eso de que "al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver", en cualquier caso, siempre es importante saber de donde se viene.
ResponderEliminarUn texto fantástico, amigo!
Ánimo niño.
Besotes
Y cuánto me hiere esa frase de "los peces de ciudad" de Sabina... Porque, en el fondo, creo que es una certeza... No tanto el lugar, pero sí las sensaciones vividas... Bueno, aprendizaje en definitiva ¿no?... Besotes wapo.
ResponderEliminarTan cercana y tan desconocida para mí, para ti todo un mundo, toda una vida... Ánimo.
ResponderEliminarPues ahí va una invitación formal Sergio, todo un mundo por descubrir... Y si quieres consultarme cualquier cosa sobre la zona, no lo dudes....Besotes.
ResponderEliminarNo vuelvo al pasado ni loco...
ResponderEliminarSiempre me duele.
Olvido, y olvido, y olvido...
Y haces bien...pero en ocasiones...o lo haces o vuelve y vuelve y vuelve... Besotes.
EliminarHay grandeza en estas palabras y mucha, muchísima verdad (que es lo que más me gusta). Pero por preferir prefiero agradecerte que compartas, en todos los sentidos, tu lugar. Este lugar que te ofreció sus ventanas para que asomases y proyectases tu pasión por él, este lugar que, en definitiva, te vio crecer y, por tanto, ya lo hiciste tuyo. Ese camino, pues, ya lo tienes andando, así que ahora ¡a seguir caminando!
ResponderEliminarDi el primer paso para la nueva senda... Transformé el dolor en virtud y paz... Estoy contento y más de haberlo compartido...Besotes.
ResponderEliminarPero qué lindo es ese lugar, Melvin, me ha encantado, sobre todo, porque te has desnudado interiormente desde la nostalgia y el sentimiento, y lo importante que significa ese lugar para ti, el que lo hayas compartido con nosotros, tiene doble valor, me ha encantado tu entrada, la he disfrutado durante unos minutos, desde tus letras, desde tus imágenes... preciosa y sentida entrada.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Gracias María, eres un solete... Me alegra que te llegue este pedacito de alma sin más pretensión que mostrarse... Besotes.
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