viernes, 31 de diciembre de 2010

FIEL A MI



     Soy un pecador. Al menos así lo proclaman los designios del cielo. Soy un pecador cuyos pies han arrastrado inexorablemente mi santo culo hasta el confortable banco de una iglesia. Se celebra una misa en recuerdo al padre de un amigo querido. Pero yo no debería estar aquí. Todavía sangran ciertas heridas de mi infancia, creencias que me hicieron confundir bondad con sometimiento. Falacias revestidas de un acaramelado complejo de culpa universal. No me asusta ya la tentación de caer vencido ante un refulgente arrebato de fe, ni siquiera la venida de ese apocalíptico 2012 genera el menor hormigueo en mi estómago. Soy un pecador y estoy sentado en un banco impoluto, destinado a la oración y al ruego, para dar rienda suelta a mi incipiente instinto bloggero. Sí, estoy ávido de materia prima. Libreta en mano, (En realidad una agenda Oxford de color negro y naranja) con mi “Pilot Super-Grip”  provocando actividad interna en el cerebro y mis ojos felinos acechando el instante que desencadene todo lo demás. ¡Que comience la fiesta!
    Suena el inevitable órgano con su letanía altisonante, no veo al organista pero se me antoja barroco, con bigote fino y con pajarita a lunares; es tan sólo una obertura que da paso al predicador. El cura, extrañamente flemático, prorrumpe en su sempiterno discurso sobre la abnegación del fiel ante la cruz ¡Qué cruz! Primeras notas al piano, ¡y hop! intervención del coro; bueno al menos eso pensaba yo antes de detenerme a observar el “Rincón de artista” para descubrir que sólo hay un señor, sobre los 50, con ínfulas de tenor de segunda. Su laringe va a mil y el diafragma, desacostumbrado a tamaña proeza, ha perdido el tono y la dirección… ¡Dios mío! (Perdón, ha sido en vano). La creación musical adopta tintes tragicómicos, me entran ganas de salir corriendo sin una meta, pero decido que aún es pronto. Los amantes de jazz miran al suelo, los de clásica sonríen, y una señora optimista decide aventurarse a acompañarle musitando palabras incomprensibles. Me chirrían los dientes y pienso en córvidos. El señor, al que llamaré Pepe, por su increíble parecido a Pepe da Rosa, sacude los brazos con apasionada intención, su piel adopta el color del tomate de pera y el organista intenta seguirle a la zaga, pero es inútil. Los aires grandiosos del solista aplastan toda posibilidad de brillo a nuestro anónimo piano-man. Match point para Pepe.
     Grita un bebé de forma estentórea ¡Aleluya! (otro de los clásicos) El pequeño no parece entender de leyes, regímenes, ni doctrinas. Se ríe con estrépito mientras proclama la presencia inmediata de su padre. Todo el mundo sonríe enternecido, mientras la madre apurada saca a nuestra estrella invitada de la escena. ¡Oremos al señor! Otra vez en pie; yo permanezco agazapado para disimular mi actitud de infiltrado y perspicaz periodista. A mi lado un señor, tipo Kevin Spacey de mayor, observa con semblante macilento como el padre expone sus argucias entre carraspeo y flema. Su expresión parece ratificar todo cuanto explica el pastor, pequeños y sutiles movimientos de cabeza que me hacen apuntar el detalle más llamativo de su hierática construcción: ¡lleva unas gafas con lentes abatibles! Permanece inmutable y está tan abstraído que comienza a cabecear por el gran acto de fe. Finalmente cae rendido en los brazos de otra deidad un pelín más pagana: Mr. Morfeo. ¡Ayyyy! Llegó el momento de los testimonios. Varias personas abandonan sus asientos para hablar al rebaño. El sonido del micro es envolvente, la reverb está a mil, supongo que por aquello de abrir la cúpula celestial a Dios. Uno se siente levitando en un mar de palabras. Cierro los ojos instintivamente, desconecto por segundos, es una sensación agradable… De repente escucho una respiración profunda ¿Alguien le dijo al padre que su micro está abierto? Tos involuntaria del ponente, carraspeo profundo y ¡pim, pam, pum! una flema para deleite de todos.¡Oh my god! (Frase ineludible en este contexto) Rumores entre los asistentes, caras desencajadas y el cura que pide paso a nuestro particular dúo de artistas. ¡Genial! El “Adeste Fideles”. Todo fluye en apariencia, el espíritu navideño se hace colectivo y nos hace olvidar el esputo corta- rollos ¡Hosanna en el cielo! Pero ¡Un momento! algo parece ir mal. Pepe duda ojeando a duras penas su partitura, la melodía adopta un tono oscilante; el latín se transforma extrañamente en Suomi y el cura se hace el sueco, se desentiende porque ya tiene bastante con lo suyo. El organista revive con un fulgor que interpreto como revancha, al tiempo que los asistentes cantan también en una extraña mezcla de latín e interrogantes comunes ¿Pero qué coño pasa? Pepe se desinfla mientras se filtra desde una ventana lateral de la iglesia, un nuevo ingrediente, para esta loca macedonia, que en nada ayuda a clarificar el caos. Suena el “Wiki- Wiki”, visualizo a mi vecina (Que lleva chándal fuxia y tacones) bailando street-dance. Me río sin disimulo, me miran con censura. No doy crédito. Nuestro solista sucumbe sin remedio ante las apabullantes últimas notas de “Sam”. Jaque mate del púgil anónimo. Suena un móvil polifónico, descubro con sorpresa que el Señor Spacey ha caído en picado desde su nidito de amor onírico. La intimidad perturbada, estupor, nerviosismo y los málditos dedos como morcillas que torpemente intentan apagar el demonio tecnológico. Una señora espera con estoicismo frente a él, le extiende amenazante un cesto de mimbre tuneado con renos y caperuzas rojas. Éste rebusca en sus bolsillos sin abandonar la misión encomendada y “el padrino” continua transportándonos a Sicilia. Al Fin lo apaga. Aunque me enternece la estampa, me imagino pegándole un puñetazo en toda la cara. Un momento demente como en “A dos metros bajo tierra”. Visualizas, te desahogas, y una fracción de segundo después vuelves a la tierra y nada te parece tan grave. Los móviles, son como los perros sin adiestrar, ellos no tienen la culpa.
               
      Con tanto entretenimiento hemos llegado al final. Mi peor pesadilla en la niñez: “La paz”. Nunca sabía cómo reaccionar cuando se acercaba el fraternal momento. ¿Qué debo hacer? dar la mano, dos besos, un abrazo, un pie, un morreo lascivo y transgresor ¿Por qué no? ¡Hay que actualizarse pardiez! ¿No quieren más fieles? ¿No dice el Papa que el laicismo se instaura a pasos agigantados? Seguro que con mi plan de acción abarrotaba este lugar de vida social. Que me den cancha en el Vaticano.
    Finalmente adopto una actitud casi mayestática, doy la mano a mis acompañantes y cierro el cuadernillo por aquello de no forzar la situación ni herir susceptibilidades. Suena el socorrido “Pueden marchar en paz” (Hoy más impetuoso que nunca, el párroco huye a  hacerse unas gárgaras de miel y tomillo) camino hacia fuera con la agradable sensación de haber aniquilado todo rastro del pasado. A veces es tan sólo vaciarse, sentir que abres una compuerta que lo arrastra todo. Las ideas recalcitrantes y anquilosadas. La memoria mancillada. Los estigmas ya no están en carne viva, ni lo estarán. Por los siglos de los siglos Amen. Soy un pecador, lo sé.
   


domingo, 26 de diciembre de 2010

SALTO AL VACÍO



SHUE: ¡Dame la mano!
INGA: No, mi mano ya no responde... Es volátil y difiere de mí.
SHUE: ¡Déjate de sandeces y dame la puta mano!
INGA: Te daría mi alma, pero se ha desintegrado. No creo que los restos sirvan de algo, tal vez para tener un vago recuerdo de lo que fui cuando... Da igual...
SHUE: Alguien grande, importante, crucial en mi vida...
INGA: Alguien zafio, mediocre una sombra de mi misma envuelta en papel de celofán barato. No quieras confundir mi razón. Sé que nada tiene sentido ya...
SHUE: Lo tiene para mi, todavía espero cosas de ti, de nosotras...
INGA: Mis sonrisas caducaron, soy abstemia de emociones fuertes. Nada queda.
SHUE: El olor de tu cuello recién perfumado...
INGA: Hace días que sólo huelo a azufre. ¿Tenía un olor dulce en otro tiempo, verdad? Como a madrugada fresca...
SHUE: Sí, no llores y dame la mano.
INGA: ¿Te acuerdas de Hans?
SHUE: Lo recuerdo bien. Se marchó y nunca dio ninguna explicación.
INGA: El me quería. Yo sólo pensé que me necesitaba.
SHUE: Anda dame la mano y no te muevas ¿Quieres que hablemos de él?
INGA: Me dijo que no soportaba despertar sin una motivación...
SHUE: Era un vago, un ser sin inquietudes. Se fue porque le abrumaba su propia pereza, se cansó de respirar.
INGA: No, no es cierto.
SHUE: ¿Qué haces? ¡No des un paso más!
INGA: Estoy cansada, me duele este vacío que siento.
SHUE: Toma mi mano sentémonos y hablemos sobre el vacío.
INGA: El vacío de este acantilado me genera menos miedo que el mío propio.
SHUE: Es una mala racha, nada que no sea superable.
INGA: Es un tobogán con premio final. La quietud y el silencio. Quiero acallar las voces, gritan en las horas de luz y por las noches susurran palabras afiladas. Te dejaría un buen recuerdo, pero sólo me quedan sombras. Toma, lee esto.
SHUE: ¿Qué es?
INGA: El pensamiento de un pusilánime antes de morir.
SHUE: ¿Hans?
INGA: Sí, léelo.
SHUE: Como quieras, pero no te muevas de ahí.
INGA: Es una carta, estaba en mi mesita cuando desperté.

      Inga, sonrisa de mi oscuridad.

     "Hoy he descubierto que perdí toda posibilidad de redención cuando sentí que era esclavo de esa  mirada tuya. Cada pequeña pigmentación de tu iris merece los versos del poeta más virtuoso. Ese no soy yo, pero me encantaría serlo. al menos una vez. Me voy de una manera cobarde, sin versos ni odas a tu iris; me voy como se van los que pierden el último tren y no hacen nada por remediarlo. Autor confeso de todos los palpitares que buscaron clandestinamente tu regazo. Lector aficionado de tus labios y de tu mente. Ingenuo espectador en busca de una recompensa que jamás pudo ser mía. Como dijo mi psiquiatra "Vivo de un idealismo destructor". Así que te dejo aceptando las reglas del juego. Mi falta de arrojo es un lazo que ya comienza a constreñir los órganos vitales. Es mejor así. Nunca volveremos a vernos aunque en mi imaginario siempre prenderé tu mano con discreción. Procura ser un ave libre".

SHUE: No entiendo, entonces él...
INGA: Fue vencido por el desánimo, sí. Una víctima más de la incomprensión. No supe entenderle.
SHUE: Pero eso es triste, no hagas de esa experiencia algo irrevocable.
INGA: Lo irrevocable de esta historia es que él nunca se haya sentido arropado por mi.
SHUE: Hans te pide que procures ser un ave libre...
INGA: Sólo tengo que desplegar mis alas, la libertad está allá abajo. Adiós.
SHUE: ¡No, Inga!
INGA: Ahora no puedes entenderme pero, no me juzgues. Esa será mi bendición.

domingo, 19 de diciembre de 2010

TINTIN



    Seguro que en alguna ocasión te has preguntado...¿Qué habrá sido de aquellos personajes carismáticos de antaño, después de su apogeo artístico-televisivo? Si es así ¡excelente! Pues aquí y ahora tendrás la oportunidad de conocer todo aquello que los medios de comunicación te han denegado.
Por ejemplo: Tintín, el eterno joven de vestimenta inalterable y rostro angelical ¿Acaso crees que el resto de su vida fue un camino de rosas? ¿O que la suerte le sonrió siempre en los momentos más desesperados...?
    No te engañes, nuestro reportero pasó por una profunda crisis en la que ni las drogas, ni el alcohol, ni el propio sexo pudieron ayudarle ¿Cómo, te asombras? ¿Piensas tal vez que Tintín no mantenía relaciones íntimas como cualquier hijo de vecino? Has de saber que el tupé no era la única prominencia relevante de su cuerpo; y lo de las drogas, seguro que lo intuías ya. Desde aquella exótica aventura del "loto azul" su relación con el opio se había convertido en algo más que un mero trámite visual de viñeta de cómic.



    Bueno, bueno... Vayamos al grano. El drama personal de Tintín comenzó el día en que Milou dejó de tener bocadillos en las tiras, ya no manifestaba sus ideas abiertamente y lo único que salía de su hocico, muy de vez en cuando, era un vulgar y escueto ¡GUAAAAUUU!! Fue entonces cuando lo supo, Milou padecía un "Cáncer desanimado". Su blanco pelaje se estaba oscureciendo, caminaba cabizbajo y ni siquiera las fantochadas del Capitán Haddock le divertían ya... ¿Qué hacer? ¿Cómo ayudar al pobre Milou? ¿Significaba aquello el fin de la pareja más internacional del mundo? La adicción de nuestro héroe al whisky se hizo un hecho latente en los ecos de sociedad y, en consecuencia, dejó de recibir misiones por encargo, viajes a los consulados de Oriente o reportajes extraordinariamente enrevesados. Acompañó a Milou hasta que desapareció definitivamente de aquel mundo de dibujo. Lo peor vino después; el carácter de Tintín se transformó por completo; se hizo huraño, maleducado e intransigente. Incluso muchos cómics de los llamados "oscuros", aprovechando aquel interesante cambio de registro, quisieron tentarle con cantidades astronómicas para que protagonizara sus historias. Pero no hubo forma de convencerle.

    Nuestro joven reportero se encerró en la viñeta de su sala de estar y cuando el hastío, la soledad, la tristeza y el whisky colmaron su dolor, cogió una goma de un cajón de la mesita y se borró; dejando tan solo unas letras, apenas legibles, que decían:


PARA HERGÉ.      "Sin Milou ya no es lo mismo"

martes, 14 de diciembre de 2010

BARCELONA FOR EVER

   

    Superando la animadversión injustificada de algún "valencianista o madridista de pro", Barcelona es una gozada. Y no solo porque estando en sus calles uno tiene esa extraña sensación de pertenencia al lugar, (Cosa que no pasa en cualquier sitio) sino que además ese espíritu de universalidad y multiculturalidad que se respira por doquier, libera, hechiza y te conecta con la idea de que por encima de todo, Barcelona es una gran ciudad. Me fuí a pasar el fin de semana con el propósito de ver teatro y vender teatro (Que no se diga que sólo soy empresario de rebote) y la verdad es que las actividades han sido de lo más diversas. Para empezar visita a mi ex- cuñada en Vegues, que en una racha de torpezas muy cómicas cerraba su ciclo de malas conjunciones planetarias atropellando a un jabalí (Y el coche intacto...sí, sí, inaudito!). La primera visita al teatro fue en la sala Brossa, donde Carme Teatre representaba "Antígona". Allí, Angel Figols ,compañero de "68", y el resto del reparto hacían su particular reflexión sobre el miedo y las cadenas que nos atan... (Tuvo momentos estéticamente muy bellos. Las voces de los cuatro actores... hechizantes... La dramaturgia...Pero ¿Por qué últimamente tengo la sensación de que me quieren contar tres historias en una???) El sábado (Mañana de ventas) estiramos demasiado el bienestar de la tertulia en el desayuno y empezamos a patear Barcelona a eso de las 12.30h (Aún así encontramos una sala muy coqueta en pleno Gracia "La Almería") Y después, para que no se diga, una buena cervecita a la sombra (No todo es perfecto) en la plaza de la Virreina (¡Cuántos matrimonios jóvenes con hijos!!!... Se me pasa el arroz, joder), después comida en un restaurante sirio en buena compañía, medio Sagunto deleitándose con hummus y derivados y en el empeño de pronunciar correctamente todos esos nombres tan... sirios. Por la tarde el mercado de Boquería, colores, olores, 4 tuppers de fruta a dos euros!!! y ¿Dónde coño está el puesto de insectos? (Se lo han llevado, snifff, ya no existe). El teatro Romea nos ofreció un excelente trabajo actoral en su "Hort dels cirerers" donde David Selvas y Ferrán Rañé, entre otros, se metieron profundamente en el universo Chejov, lástima que en ocasiones estilo y fondo no confluyeran en busca de una misma causa. Romper la cuarta pared era innecesario, la falta de silencios pesaba mucho, la idea dramatúrgica del niño muerto fue muy intensa... Y ya por último, vuelta al barrio de Gracia y a adentrarnos en el enigmático mundo de la improvisación de la mano de los hilarantes "Planet impro" en la sala "Teatreneu" (¿Se puede sentir con tanta fuerza que tu cráneo va a estallar o que tu mandíbula va a cobrar vida propia???)... Eran las tres de la madrugada de regreso a Vegues, junto a Rebe, mi amiga y ex- cuñada, con el sueño letal del que lleva 20 horas en activo, y con la sensación de que un jabalí se iba a empotrar contra el coche, pensé con absoluta claridad que... Adoro Barcelona.   

miércoles, 8 de diciembre de 2010

UNA CERVEZA ES EL PRIMER PASO PARA SINCERARSE...



    En otro tiempo era la intimidad del café la que proporcionaba ese clima ideal para liberar peso a la carga que llevamos con resignación... Ahora es directamente la cerveza, sí, sí, fuera de sutilezas, vayamos al grano y saquemos todo cuanto nos carcome por dentro... Ayer fué uno de esos días, una velada en la que fluye todo y no hay que hacer nada más que abrir la boca y escupir las palabras sin miedo a arrepentirse después. ¿Será que hemos evolucionado? ¿Somos ahora más radicales o la edad y la experiencia han aligerado el pudor? En cualquier caso es placentero y nuevo para mi. Menos análisis interno y más al tajo que el tiempo apremia. Y si la compañía es buena hasta los temas tabú son abordables. Sexo, relaciones íntimas, impresiones sobre el género humano, familia... ¿ Es que nos dejamos algo en el tintero? Bueno, sea como sea, siento que debe ser así, que la cerveza comienza a ser la excusa que sustituye al café para dar rienda suelta a los fantasmas y a los anhelos y que las miradas cómplices comienzan a escasear pero por contra... Las miradas son ahora más cómplices gracias a la profundidad y la autenticidad y también gracias a la "Alhambra" y derivadas.